
Los recientes reportes de oferta y demanda global de granos dejaron sensaciones encontradas en los mercados. La soja sorprendió con stocks más bajos de lo esperado, mientras que el maíz, aunque aumentó sus existencias, lo hizo por debajo de lo temido. El trigo, en cambio, recibió señales bajistas tanto en Estados Unidos como a nivel global.
“El mercado venía con tono positivo gracias a un acercamiento entre EE.UU. y China, y este informe ayudó a sostener ese sentimiento. Pero el maíz empieza a tomar un lugar central por las señales que se dan desde la cosecha argentina y la safrinha brasileña”, explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Sin embargo, el impulso alcista se moderó tras una propuesta de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en EE.UU., que recortaría el uso obligatorio de biodiesel y permitiría exenciones a ciertas industrias. Esta medida enfrió los precios en el mercado norteamericano, especialmente para los aceites vegetales.
En el plano regional, la cosecha argentina de soja avanzó rápidamente y el pico de presión de oferta estaría cerca de terminar. En paralelo, Brasil podría romper récords de embarques en mayo, lo que genera presión bajista desde el frente exportador.
“Evitar llegar a la cosecha con necesidad de venta fue clave. Hoy quedan oportunidades para colocar soja en posiciones diferidas a buenos valores. Pero la prioridad de venta debe estar en el maíz, donde el ingreso fuerte está a la vuelta de la esquina”, señaló Romano.
La cosecha de maíz en Argentina avanza con demoras, pero los compradores ya están activos con barcos a la espera, lo que genera premios por descarga inmediata. Se espera que la oferta se acelere una vez finalizada la trilla de soja, coincidiendo con el ingreso de la safrinha brasileña, que fue beneficiada por lluvias recientes.
“El clima ayudó en Brasil, y eso llevó a revisar al alza su producción esperada. Llegar bien vendidos a julio será clave, porque el ingreso de oferta regional será muy importante”, afirmó el especialista.
El mercado de trigo enfrenta una demanda débil. Rusia y Ucrania mantienen una visión optimista sobre su producción, mientras que en EE.UU. las condiciones del cultivo mejoran y se proyectan rindes récord en Kansas. La única señal alcista proviene de China, que atraviesa una ola de calor durante una fase crítica del cultivo.
“En el plano local, el trigo está muy debilitado. Con saldos exportables que pesan sobre el disponible y una intención de siembra elevada, los precios bajaron. Hoy no recomendamos especular con un rebote impulsado por China”, advirtió Romano.
Las conversaciones diplomáticas entre EE.UU. y China en Suiza aportaron un poco de optimismo. Se habló de reducir el déficit comercial y crear un nuevo foro económico bilateral. No obstante, Beijing sigue diversificando su abastecimiento: compró 500.000 toneladas de trigo a Australia y Canadá, evitó compras a EE.UU., aprobó la importación de burlanda de maíz desde Brasil y firmó una carta de intención con Argentina por USD 900 millones en productos agropecuarios.