
Julio Calzada, responsable del área de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), manifestó su inquietud ante las fuertes lluvias que golpearon el noreste de Buenos Aires en las últimas dos semanas, generando serios perjuicios en la cosecha de soja y dificultando el arranque de la siembra de trigo. De esta manera, dejó claro que la producción agrícola en provincia de Bs As está afectada.
“En Chacabuco se registraron 370 milímetros en solo tres días, mientras que en Rojas cayeron 290, el nivel más alto en casi tres décadas para este mes, y en Baradero llegaron a 258 mm”, detalló Calzada en diálogo con radio Chacra Agro Continental. Estos volúmenes de agua, que en algunos casos equivalen al 95% del promedio anual, ocurrieron en un momento crítico. “Muchos productores aún no habían recolectado la soja y ahora enfrentan pérdidas en la calidad del grano y complicaciones para sembrar trigo”, lamentó.
Desde el 6 de mayo, el equipo técnico de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) venía advirtiendo sobre condiciones que favorecían tormentas severas. “Todo venía encaminado, con buenos niveles de humedad en el suelo en regiones clave como el norte y noreste de Buenos Aires, el centro y sur de Santa Fe y el oeste cordobés”, explicó. Sin embargo, las precipitaciones excesivas afectaron ese escenario alentador.
Calzada también ofreció una explicación climática de lo ocurrido. Según indicó, estos fenómenos extremos están asociados a la interacción entre el fenómeno de El Niño y la llegada de masas de aire cálido desde el Atlántico. “En enero y febrero, fue justamente el Atlántico el que aportó la humedad necesaria para evitar un escenario aún peor en la cosecha de soja, que terminó siendo mejor de lo esperado”, señaló. Sin embargo, advirtió que esta misma combinación climática es la responsable de las lluvias inusuales recientes.

Julio Calzada
En un análisis más amplio, recordó que Argentina viene de atravesar tres campañas agrícolas difíciles, incluida la sequía más severa de los últimos 50 años durante el ciclo 2022/23. Si bien aclaró que en otras zonas del país la situación es más favorable, con buenas reservas de humedad para los cultivos de invierno y perspectivas alentadoras para la próxima campaña gruesa, advirtió que la producción total se verá afectada. “Aspirábamos a alcanzar 135 millones de toneladas sumando todos los cultivos, pero con este escenario climático será complicado lograr esa meta”, admitió.
También puso el foco en el deterioro de la rentabilidad del sector, especialmente en soja de primera, durante los últimos tres años. A esto se suma la falta de una recuperación sólida en los precios internacionales tras el pico alcanzado durante el conflicto entre Rusia y Ucrania. “La tregua comercial de 90 días entre EE. UU. y China es fundamental. Si ese conflicto vuelve a escalar, la baja de precios en el mercado de Chicago impactará en todo el sector”, alertó.
Finalmente, Calzada ofreció una mirada balanceada: “La situación es desafiante, pero hay regiones con condiciones favorables. Aun así, es fundamental que las medidas de política económica acompañen especialmente a los productores más golpeados por estos eventos climáticos”.