Productores estadounidenses presentaron ayer al gobierno de Donald Trump un pedido para que investigue y limite las importaciones de biodiésel argentino a Estados Unidos, estimadas en US$ 1.200 millones anuales, con el argumento de supuestas violaciones a leyes comerciales y dumping (venta por debajo del costo).
Reclaman que les impongan un arancel del 23,3%.
Tal como anticipó Clarín ayer, los productores estadounidenses buscan frenar la creciente importación argentina del biocombustible a base de aceite de soja, porque argumentan que perjudican al sector. Impulsada por Barack Obama para disminuir el calentamiento global, en 2007 fue aprobada una ley que obliga a incorporar un 10% de combustible renovable a todas las naftas y diésel del país.
El 28% de todo el biodiésel que se consume en EE.UU. es argentino.
Clarín tuvo acceso al documento presentado ayer por el National Biodiesel Board al Departamento de Comercio y a la Comisión de Comercio Internacional en el que señalan con preocupación que las importaciones de biodiésel de la Argentina e Indonesia aumentaron un 464% desde 2014. Denuncian que hay "prácticas desleales de comercio" de Argentina e Indonesia y piden un arancel de importación para nuestro país del 23,3%.
"Los productores argentinos e indonesios están descargando su biodiésel en los Estados Unidos, vendiendo a precios que están sustancialmente por debajo de sus costos de producción". La petición también alerta sobre "subsidios ilegales basados en numerosos programas gubernamentales en esos países". Las empresas argentinas niegan subsidios.
EL BIODIESEL ES EL PRINCIPAL PRODUCTO DE EXPORTACION A EE.UU.
El documento señala que "ésta no es la primera vez que los productores argentinos e indonesios de biodiésel son acusados de violar las leyes de comercio internacional. En 2013, la Unión Europea dispuso impuestos de 41,9 a 49,2% sobre Argentina y de 8,8 a 23,3% sobre Indonesia. El año pasado, Perú impuso derechos antidumping y compensatorios sobre el biodiésel argentino".
El reclamo de los productores estadounidenses viene desde hace al menos tres años, señalaron fuentes de la embajada argentina en Washington.
Pero en el marco de la política de "Estados Unidos primero" y "Compre y produzca en Estados Unidos", que pregona el presidente Trump, los productores ven una mejor perspectiva para sus presiones.
Según el Board, hay 50.000 empleos estadounidenses en riesgo en el sector por lo que ellos denuncian como "prácticas desleales de comercio".
Los productores también buscan eliminar un crédito fiscal de 1 dólar por galón que hace tres años el gobierno otorga a los mezcladores de combustible en Estados Unidos y que abrió la importación de biodiésel argentino a precio competitivo. En concreto, buscan que el beneficio se lo lleven los productores y no los que mezclan el combustible, que prefieren el biodiésel desde el exterior. "No hay ninguna razón para que el biodiésel importado coseche el beneficio de un incentivo fiscal de Estados Unidos cuando tantos gobiernos extranjeros subsidian fuertemente sus propias industrias de biodiésel", dijo el senador Chuck Grassley, de Iowa.
"Espero que Trump apoye estas reformas", agregó.
Rechazo de las empresas argentinas
La Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO) rechazó las acusaciones de presunto dúmping del biodiésel exportado a Estados Unidos. "Las razones esgrimidas por la asociación norteamericana apelan a interpretaciones de dúmping ya rechazadas enfáticamente por la OMC, y desconocen la mayor eficiencia argentina para la producción de biodiésel y, como determinaron ya varios fallos internacionales, los motivos aducidos van en contra de las normas del comercio internacional".
El biodiésel es el principal producto exportado a EE.UU. (2,1% del total de los envíos argentinos), lo que no impidió que la balanza comercial fuese deficitaria para la Argentina en US$ 2.200 millones.