“En Palermo hicimos una demostración de esquila, anexado con la parte de acondicionamiento de lanas. Se trató de una exhibición para que la gente vea el proceso de esquila, porque hay tres sistemas, el New Pattern, Tally – Hi y Bowen, que son todos sistemas sueltos de esquila que favorecen al bienestar animal. Después también hablamos de la parte de acondicionamiento del producto, que es un trabajo básico que se hace en la estancia, para ver las distintas lanas que se pueden sacar de un lote”, describió el responsable de la actividad, Fabio Riquelme, supervisor del programa ProLana en Santa Cruz.
Riquelme precisó que el programa ProLana, de la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, se implementó en 1994 y “está pensado, específicamente, para mejorar la calidad de las lanas argentinas y a través de esto se comenzó con la esquila suelta, con el acondicionamiento y la no utilización de elementos contaminantes en el enfardado”.
Al programa pueden adherir las provincias y cada una tiene su propio módulo donde trabajan los supervisores de acondicionamiento y de esquila, que realizan inspecciones programadas durante la zafra de esquila.
“En Patagonia se han incorporado mucho todas estas tecnologías. Por ejemplo, en Santa Cruz alrededor del 75% de los productores trabajan bajo normas ProLana. Esto, a fines de los 90’, fue un adelanto muy grande para mejorar la calidad de la lana y en todo lo que es el buen trato animal”, acotó Riquelme.
Entre los beneficios que ofrece el programa, está el cobro de un diferencial por la lana que se presenta “bajo normas ProLana, porque tienen certificada una calidad de trabajo, con un acondicionador que trabajó ese lote, que además tiene que ser habilitado por el programa”.
En la actualidad están adheridos al ProLana las provincias de Buenos Aires, Chubut, Corrientes, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Problemas con la mano de obra
“En nuestra zona tenemos la desdicha que los trabajadores que ingresan no son esquiladores de escuela, entonces vienen con muchas mañas, y lo que buscamos los instructores es sacarles esos vicios de trabajo”, explicó Oscar Rubén Bahamondez, instructor de esquila y supervisor de la zona sur de la provincia de Santa Cruz de ProLana. Luego, detalló que “el principal problema es el doble corte de lana, que generalmente el esquilador lo hace para emprolijar el animal, por no tener una técnica adecuada. Por eso, el Programa implementó sistemas de esquila sueltos, para que el animal no se estrese, porque antes el trabajo se hacía con el animal maneado”.
En este punto, Bahamondez detalló que las técnicas impulsadas por el ProLana (Bowen, New Pattern y Tally – Hi) establecen los cortes y posiciones fijas en que debe estar el animal pasa sacar el vellón de la oveja.
“En la zona sur de Río Gallegos tenemos problemas con la mano de obra porque generalmente a los jóvenes ya no les interesa el tema de la esquila, y nos proveemos de gente que viene de la zona de Corrientes, Río Negro y Chubut”, señaló el instructor.
En la actualidad, salvo contadas excepciones, para la esquila se utiliza tijera mecánica, y en este sentido, el especialista planteó que esta herramienta “trabaja por fricción y quema la fibra de lana, entonces demora su crecimiento. La fibra de lana es hueca y la tijera común no la sella, entonces tiene un crecimiento más rápido”, y apuntó que “el inconveniente es que no se consigue mano de obra para este sistema”.
Trabajando con tijera mecánica un buen esquilador puede esquilar alrededor de 160 animales por día, con un promedio de 2 minutos por oveja, en tanto que con tijera común se pueden llegar a realizar alrededor de 100 animales diarios.