Durante una jornada técnica realizada en San Antonio de Areco, productores y asesores agrícolas discutieron sobre las perspectivas para la próxima campaña de maíz en Argentina. Entre los detalles resaltaron la preocupación por la falta de agua.
Gustavo Ferraris, investigador del INTA Pergamino y especialista en nutrición de cultivos, señaló que, aunque los ciclos de El Niño están asociados con buenos rendimientos, los perfiles de suelo aún no están completamente recargados. Sin embargo, Ferraris expresó su confianza en que con el tiempo los niveles de humedad se recuperarán.
En una jornada técnica organizada en San Antonio de Areco por una compañía de semillas, el especialista también destacó el atenuante de “La Niña” en la temporada pasada, que dejó niveles de fertilidad en el suelo en buena forma para la campaña actual.
La sequía de los últimos tres años ha dejado a los suelos sedientos de humedad, pero un intervalo de lluvias durante el encuentro generó una chispa de optimismo entre los participantes.
El asesor técnico Ricardo Olloa compartió su perspectiva sobre la pasada campaña marcada por la sequía. Aunque espera no repetir una sequía como la de 2022, considera que la experiencia fue una lección valiosa para la comunidad agrícola. “Aprendimos que el maíz tiene una gran estabilidad en condiciones restrictivas cuando se emplean estrategias de manejo adecuadas”, destacó.
Olloa también mencionó el papel de la tecnología en el proceso de cultivo del maíz. Están a disposición las aplicaciones y plataformas digitales que ayudan a los agricultores a tomar decisiones para mejorar el rendimiento de sus cultivos. Se busca brindar soluciones integrales que permitan la optimización del proceso de siembra y el crecimiento del maíz.
En relación a los momentos de implantación, Olloa comentó: “Podemos empezar a pensar en un sistema de siembra temprana”. Sugirió que, si los análisis de agua útil indican la necesidad de más humedad, es posible ir postergando el momento de sembrar sin sacrificar el potencial de rendimiento.
La jornada concluyó con una visión esperanzadora para la próxima campaña de maíz, con el sector agrícola anticipando una posible revancha contra los desafíos climáticos pasados, y la adopción de tecnologías y estrategias que prometen mejoras en el rendimiento del cultivo.