Agricultura

Pulverizaciones inteligentes: el testimonio de "El Boyero"

En El Boyero, empresa integrante del CREA Henderson Daireux, implementaron una tecnología que permite eficientizar las pulverizaciones para controlar malezas. “Los niveles de control de malezas logrados son excepcionales y eso se hizo usando menos herbicidas", señala Gastón Blanchard, gerente de operaciones.

En El Boyero S.A., empresa integrante del CREA Henderson Daireux (región Oeste), al operador del equipo pulverizador se lo conoce como el responsable de control de malezas. Y no se trata de una cuestión semántica, sino de un cambio de paradigma.

“Antes la misión del pulverizador era hacer hectáreas, pero ahora lo importante no es la superficie por cubrir sino la calidad del trabajo realizado”, explica Gastón Blanchard, gerente de operaciones de El Boyero, quien en los últimos años comenzó a estar más que preocupado por el crecimiento del costo del control de malezas problemáticas.

Por eso cinco años atrás la empresa adquirió una pulverizadora que cuenta con una estación meteorológica incorporada para determinar en tiempo real si las condiciones de la aplicación en curso son las adecuadas. Eso se logra por medio de un programa –desarrollado por una empresa argentina– que, a partir de la temperatura, humedad relativa y velocidad del viento, calcula en tiempo real la deriva y evaporación de la aplicación.

“El sistema permite definir umbrales de calidad de aplicación; en nuestra caso, determinamos que cuando la calidad de la aplicación cae por debajo del nivel óptimo, se emiten alertas para detener la pulverización de manera inmediata”, explica Gastón.

Con el equipo estamos pulverizando unas 20.000 hectáreas por campaña con la meta de lograr una eficiencia de aplicación promedio superior al 95%, lo que nos permitió reducir de manera notable los problemas de escapes de malezas”, añade.

El responsable de control de malezas –dedicado exclusivamente a esa tarea–, que antes trabajaba por unidad de superficie, fue capacitado para gestionar procesos, de manera tal que su trabajo consiste en estudiar la distribución de malezas en los lotes antes de la pulverización, esperar los momentos adecuados para realizar controles y verificar el trabajo a posteriori. Es decir: dejó de ser un trabajo meramente operativo con carga horaria para transformarse en una responsabilidad con objetivos por alcanzar.

La pulverizadora inteligente dejó obsoleto el criterio de definir bonificaciones salariales en función de la cantidad de hectáreas aplicadas, dado que ahora es posible medir con datos objetivos la calidad de una pulverización. Por eso se diseñó un sistema de métricas con siete variables –cada una con diferentes ponderaciones–, el cual comenzó a emplearse para bonificar aplicaciones en función de la calidad lograda. Por la elevada eficiencia lograda, el responsable de control de malezas puede percibir una bonificación anual equivalente a más de tres salarios.

“Con la nueva metodología de trabajo, hemos logrado disminuir en una proporción importante el uso de algunos herbicidas, reduciendo costos y el impacto ambiental, además de mejorar notablemente el control de malezas y, por ende, la sostenibilidad del sistema agrícola”, apunta Gastón.

El uso del equipo permitió advertir en reiteradas oportunidades que condiciones iniciales de aplicación que resultaban óptimas podían perderse poco tiempo después de iniciada la operación. “Cuando uno está dentro de la pulverizadora, es muy difícil advertir tales cambios, pero con esta tecnología eso ahora es posible”, señala.

Si la pulverizadora está trabajando en un momento en el que, ante el cambio de condiciones meteorológicas, comienza a descender el nivel de calidad de aplicación hasta caer por debajo del umbral definido, se emiten alarmas automatizadas que son percibidas tanto por el operador como por los administradores o responsables del establecimiento, quienes reciben un mensaje de advertencia en su celular.

Los niveles de control de malezas logrados son excepcionales y eso se hizo usando menos herbicidas, dado que el propio responsable fue ajustando las dosis progresivamente para comprobar la efectividad de los tratamientos con un menor empleo de productos”, remarca.

Sobre el trabajo inteligente

El dispositivo en cuestión fue desarrollado por la empresa santafesina Acronex. Se trata de un programa (Unimap) que permite controlar en tiempo real las principales variables que hacen a la eficiencia de una aplicación de fitosanitarios. En el marco de un acuerdo con la empresa fabricante de pulverizadoras PLA, ambas diseñaron dos aplicaciones en soportes digitales que vienen cargadas en dos tablets que son entregadas a los compradores de los mosquitos.

La primera, que es de uso particular del aplicador, permite ver en tiempo real –en aquellas zonas en las cuales exista un mínimo de señal de telefonía celular, pues el requerimiento de volumen de datos no es elevado– las condiciones climáticas para advertir si las mismas, según criterios prefijados, son las adecuadas para realizar una pulverización. La otra aplicación permite monitorear, también en tiempo real, el recorrido de la pulverizadora para verificar si cumplió con el trabajo indicado en la receta agronómica y se ajustó a los parámetros ambientales de seguridad. Esta última además puede ser descargada en celulares o tablets para que –luego de darle acceso– veedores externos puedan verificar en línea el recorrido del equipo.

La aplicación también está diseñada para generar reportes automatizados (importante para validar la calidad del trabajo realizado ante una autoridad regulatoria). En caso de que la aplicación no se haya realizado de manera correcta, la aplicación permite hacer un seguimiento histórico de la misma para poder evaluar cuáles fueron las variables –temperatura, velocidad del viento, humedad relativa, taponamiento y tipo de gota– que no se ajustaron a los parámetros de seguridad.

Se trata de una tecnología que nos permite evitar derroches innecesarios, realizar controles efectivos y poder demostrar, con datos objetivos, que somos responsable tanto en términos sociales como ambientales”, afirma Gastón, quien trabaja junto a Delfín Uranga (gerente general de El Boyero).

“Ahora que ya aseguramos la calidad de las aplicaciones, el siguiente paso –que estamos evaluando– es incorporar equipos de pulverizaciones dirigidas (como WeedIt o WeedSeeker) para seguir mejorando la eficiencia del proceso”, concluye.

Sería importante que se busque la manera de hacer que los equipos de aplicaciones dirigidas se tornen más accesibles a las empresas agrícolas porque actualmente representa una tecnología necesaria para reducir el costo de herbicidas así como el impacto ambiental”, resume.