Nada evoca tanto el espíritu veraniego como un exuberante jardín verde repleto de plantas florecientes listas para la cosecha. Es el momento propicio para embarcarse en la creación del huerto de tus sueños.
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Durante esta estación, es posible plantar con éxito una amplia variedad de plantas, especialmente aquellas que prosperan en el calor estival, como diversas hortalizas y verduras. Ya hemos proporcionado información detallada sobre cómo establecer un huerto en tu terraza o balcón, así como sobre algunas plantas de exterior que son atractivas y fáciles de cuidar. Pero si estás buscando orientación más específica, organizar tu plan de siembra te permitirá disfrutar de los frutos en poco tiempo. A continuación, presentamos algunas variedades destacadas que están preparadas para ser cultivadas durante el verano.
Ten en cuenta que merece la pena invertir en semillas de buena calidad y cubrirlas con la cantidad de sustrato adecuada. Debes saber que no todas las que plantes germinarán, de modo que lo aconsejable es sembrar un poco más (alrededor del 15% más) de lo que tengas pensado trasplantar si ese es tu plan.
Buenos días. Hoy nos levantamos en primavera y nos acostaremos en verano. pic.twitter.com/dCdpz3GBFE
— Abraham Levy (@hombredeltiempo) December 21, 2023
Además, para la buena germinación de las semillas y el sano desarrollo de las raíces, el sustrato es clave. Este debe tener los nutrientes necesarios, buena retención de agua y aireación.
- Berenjena: le encanta el sol y lo necesita para crecer, así que piensa bien dónde vas a ponerla porque es una planta que puede llegar a crecer mucho. Conviene sembrar la berenjena a principios, pues es durante esta estación es cuando mejor crece y al final se podrán recoger las berenjenas.
- Rabanitos: La cosecha se realiza aproximadamente después de 20-30 días desde la siembra, se recolectan generalmente a mano, luego se lavan y se amarran formando manojos.
- Repollo: hay dos épocas recomendadas tanto para el repollo y el brócoli como para otras crucíferas en el huerto, una de ellas a finales de verano o a principios del otoño. Es importante acondicionar bien el terreno donde se va a sembrar el repollo y añadirle bastante porque requiere bastantes nutrientes. El repollo y en general todas las crucíferas requieren bastante riego y humedad en el suelo.
- Espinacas: aunque suelen plantarse en otoño, lo cierto es que puede hacerse en cualquier época del año. Durante los meses de calor, las espinacas crecen más rápido, por lo que tendrás que vigilar que no se espiguen antes de recogerlas. Al plantarlas deja siempre unos 20 cm entre planta y planta. Al cabo de unos 35 o 40 días tras plantarlas podrás cosecharlas, pero si ves que empiezan a echar espiga, recógelas antes de que echen flores. Las espinacas necesitan una zona con sol y sombra.
- Batata: esta hortaliza tiene una gran densidad de nutrientes y es una rica fuente de betacaroteno, vitamina A, vitamina C, fibra y oligoelementos. A diferencia de las patatas normales, esta hortaliza tuberosa es de origen tropical y necesita varios meses de calor para prosperar. Una vez que la temperatura del suelo alcance al menos 15,5 grados, planta los tubérculos en un lugar soleado con un suelo rico y con buen drenaje. Mantén una humedad uniforme con 1 pulgada de agua a la semana. Deja de regar 2 o 3 semanas antes de la cosecha, cuando el follaje empiece a ponerse amarillo, según aconsejan.
- Melón: los melones prosperan mejor en las zonas rústicas. Solo tienes que asegurarte de que la temperatura del suelo ha superado los 15,5 grados antes de plantar tus semillas para la temporada.
- Guisantes: aunque los guisantes suelen cultivarse en clima fresco, también puedes apostar por a finales del verano para una cosecha de otoño. Mira la fecha media de la primera helada, resta los días hasta la madurez indicados en el paquete de semillas y deja una semana más para la germinación. Protege las nuevas plantas del sol durante las horas más calurosas del día y pon un mantillo con materia orgánica para ayudar a reducir la temperatura del suelo. Mantenga las plantas bien regadas para que se desarrollen las flores y las vainas.
- Okra: este vegetal tiene una extrema tolerancia al calor y la sequía. Las vainas de semillas comestibles se producen en solo 50-60 días desde la germinación. Siembra directamente las semillas en el exterior, en un suelo rico y con buen drenaje. Riega de manera regular. Recoge la okra unos días después de la floración, cuando las vainas son todavía pequeñas, para obtener la mejor textura y productividad.
- Lechuga: Se aconseja plantar la lechuga en caballón de unos 25 cm de altura para evitar que las hojas estén en contacto con la humedad. Su crecimiento, en verano, es muy rápido. Hay que hacer un primer riego en el momento de la plantación de la lechuga para que las raíces se agarren fuertemente al suelo y, después, un riego semanal durante las primeras tres semanas. El riego por goteo es el mejor sistema para la planta de lechuga, ya que se filtra en la tierra y no se acumula en la tierra evitando que esté en contacto con la hoja y el cuello. Es un riego frecuente, pero de poca cantidad, evitando el encharcamiento en la parte superficial del suelo.
- Calabaza: aunque se asocia al otoño, dado que necesita mucho sol para crecer, puede cultivarse en verano. Recuerda que pueden llegar a crecer mucho, así que piensa bien dónde plantar las calabazas. Coloca cuatro o cinco semillas en colinas que estén ubicadas a 48 cm de distancia. Asegúrate de plantar estas semillas a unos 2,5 cm de profundidad en un suelo bien drenado y rastrillado.