
El Rhynchophorus ferrugineus, conocido comúnmente como el picudo rojo de las palmeras, es un insecto que se distingue por su cuerpo alargado de color rojo intenso y su probóscide (rostro alargado) que le permite perforar el tronco de las palmeras. Esta plaga tiene la capacidad de dañar gravemente tanto a las palmeras nativas como ornamentales, provocando su muerte en pocos meses al alimentarse de los tejidos vegetales y debilitar su estructura interna. Su acción destructiva incluye la creación de galerías dentro del tronco, lo que afecta la circulación de nutrientes y agua, debilitando la planta.
Aunque el picudo rojo aún no fue registrado en Argentina, su presencia en países vecinos como Uruguay encendió las alarmas en el ámbito fitosanitario. Para evitar que esta plaga llegue al país, el Senasa emitió una serie de recomendaciones que todos los ciudadanos deben tener en cuenta:
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Adquisición segura de palmeras: Al adquirir palmeras, es fundamental hacerlo en viveros registrados en el Registro Nacional Fitosanitario de Operadores de Material de Propagación Vegetal (RENFO) del Senasa. Estos establecimientos están sujetos a estrictos controles fitosanitarios, lo que reduce considerablemente el riesgo de introducir plagas.
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Controlar la poda de las palmeras: La poda de las palmas debe evitarse, ya que las heridas en las plantas pueden liberar kairomonas, sustancias químicas que atraen al picudo rojo. En caso de ser indispensable podar, se recomienda hacerlo durante los meses de invierno (junio a agosto), cuando los adultos de la plaga no están activos. Es importante eliminar únicamente el tejido seco y evitar cortar las hojas hasta la base, para no dañar tejidos vivos.
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Vigilancia constante y comunicación al Senasa: Se debe observar regularmente las palmeras, y si se detecta cualquier indicio de la presencia de la plaga, se debe comunicar de inmediato al Senasa, a través de sus canales oficiales.
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Evitar el uso de trampas de feromonas y kairomonas: Aunque estas trampas son útiles para monitorear plagas, su gran capacidad de atracción podría atraer al Rhynchophorus ferrugineus hacia áreas libres, como Argentina, y facilitar su ingreso al país.

El Senasa también gestiona el Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo (Sinavimo), donde recopila y analiza información sobre plagas que puedan afectar a los cultivos nacionales. Esta información es crucial para implementar estrategias preventivas en caso de detectarse una nueva plaga y para mantener actualizado el estatus fitosanitario del país. Ante la sospecha de su presencia acercarse a la oficina local del Senasa más cercana o bien contactarse a través de los medios de comunicación oficiales de este organismo sanitario.