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Un científico del CONICET recibió un subsidio de la AXA Research Fund. La cifra es de “un millón de euros”, expresan desde el organismo. Quien lo recibió es “Federico Ariel, investigador del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE, CONICET-UBA) por su investigación en biología del ARN para mejorar la resiliencia de los cultivos frente al estrés ambiental. Este financiamiento apoyará el trabajo de Ariel durante los próximos cinco años, con el propósito de desarrollar herramientas innovadoras y no transgénicas para mitigar el impacto del calor extremo en la productividad agrícola”, sumaron.
Sobre el trabajo realizado por el científico del CONICET
Por otra parte, desde el CONICET, se expresaron sobre el trabajo científico: “Cuando un gen se expresa, un fragmento de ADN se transcribe en ARN, que finalmente se traducirá en proteínas funcionales. Esto es conocido como el Dogma Central de la Biología. Sin embargo, cuando una molécula de ARN cumple funciones biológicas sin codificar proteínas, se le denomina “ARN no codificante”. El proyecto del Federico Ariel se centra en aprovechar los ARN no codificantes para desentrañar los mecanismos moleculares que regulan la respuesta de las plantas al estrés ambiental y desarrollar tecnologías basadas en ARN para una agricultura sostenible. Su investigación busca mejorar la tolerancia al estrés de cultivos clave como el tomate y el trigo, fundamentales para la seguridad alimentaria global”, subrayaron.
“Las olas de calor representan una amenaza para los sistemas alimentarios a nivel mundial, y, si bien la mejora genética tradicional ofrece soluciones a largo plazo, el trabajo de Ariel enfatiza el potencial aún inexplorado de los mecanismos epigenéticos, en particular aquellos mediados por moléculas de ARN, para proporcionar resiliencia a corto plazo sin recurrir a organismos modificados genéticamente (OMG)”, añadieron desde el organismo estatal.
Y manifestaron que “utilizando métodos avanzados de secuenciación y bioquímica, el equipo de Ariel identificará ARNs no codificantes sensibles al calor en tomate y trigo. Abordajes complementarios de nanotecnología afrontarán el desafío de suministrar eficazmente estos ARN exógenos a las plantas, ofreciendo herramientas prácticas para preparar los cultivos contra el estrés térmico.”
“Esta investigación representa un cambio de paradigma en la agricultura sostenible”, relató Ariel. “Aprovechando el lenguaje universal de la vida —el ARN—, podemos comunicarnos con las plantas y ayudarlas a adaptarse a condiciones ambientales extremas sin alterar su genoma. Este enfoque no solo protege la biodiversidad, sino que también se alinea con la urgente necesidad de prácticas agrícolas amigables con el ambiente”, completó.
Desde el CONICET lo ven como “una visión transformadora para la agricultura sostenible”
En tanto, “las implicaciones del proyecto trascienden el ámbito académico. Al demostrar la viabilidad de soluciones basadas en ARN para la resiliencia al estrés térmico, allana el camino para aplicaciones prácticas en la agricultura, beneficiando a agricultores en todo el mundo”, narraron desde el CONICET.
“El enfoque estratégico en tomate y trigo refleja su importancia nutricional y económica a nivel mundial. Las herramientas desarrolladas a través de la investigación de Ariel contribuirán a garantizar rendimientos sostenibles, proteger variedades locales y reforzar la seguridad alimentaria en condiciones adversas”, finalizaron.