
La provincia de Santa Fe logró en la campaña agrícola 2024/25 la mayor superficie sembrada de su historia, con 6,32 millones de hectáreas destinadas a cultivos extensivos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura difundidos por la Bolsa de Comercio de Rosario. Este hito se da en un contexto de recuperación tras la severa sequía que golpeó a la región en 2023, y se perfila como un factor clave para el crecimiento económico y el aumento de las exportaciones santafesinas.
El área cultivada creció 240.000 hectáreas en comparación con el ciclo anterior. Entre los principales cultivos, la soja lideró la expansión con 340.000 hectáreas más, seguida por el trigo que sumó 146.000 hectáreas. También hubo aumentos en los cultivos de girasol (58.900 ha), sorgo (35.902 ha), algodón (14.700 ha), cebada (6.884 ha) y arroz (300 ha). La única excepción fue el maíz, cuya superficie se redujo en 360.000 hectáreas debido al temor por la propagación de la chicharrita, especialmente en el norte de la provincia.
Desde el punto de vista productivo, se prevé una cosecha total de 20,4 millones de toneladas para la campaña, una cifra que se acerca al récord registrado en 2019/20, a pesar de la menor siembra de maíz, que habitualmente contribuye con un volumen mayor que la soja.

Santa Fe y economía en crecimiento
Este resurgimiento del sector agropecuario se ve acompañado por señales positivas en la economía provincial. En enero de 2025, la actividad económica de Santa Fe creció un 6,4% interanual, el mejor desempeño para ese mes desde 2010. Durante todo 2024, la economía acumuló un alza del 5,3%, revirtiendo la contracción del 7,3% registrada en 2023 por efecto de la sequía.
Las exportaciones también mostraron un notable repunte. En los dos primeros meses del año, las ventas al exterior alcanzaron los USD 2.207 millones, lo que representa un incremento del 17% frente al mismo período del año anterior. Las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) encabezaron el crecimiento, con envíos por USD 1.758 millones, destacándose los derivados de la soja y una intensa actividad en el sector aceitero.
En paralelo, la política económica provincial refuerza esta dinámica. Para 2025, se proyecta una importante inversión en obras de infraestructura sin comprometer el equilibrio fiscal. Solo en el primer bimestre, el gasto destinado a inversión pública –ajustado por inflación– fue el segundo más elevado desde 2003. Si esta tendencia se mantiene, se espera un efecto multiplicador que impulse aún más la economía de Santa Fe, con el agro como eje central del desarrollo.