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Salvador Di Stefano: "Las internas siguen entre el equipo económico y el Banco Central"

La falta de armonía entre la política fiscal y monetaria hace que la economía este atravesando un año de vacas flacas con menor consumo. No hubo consenso en la reforma previsional y todo culmino en un mamarracho, sin embargo, la no aprobación de esta ley haría replantear el...

La falta de armonía entre la política fiscal y monetaria hace que la economía este atravesando un año de vacas flacas con menor consumo. No hubo consenso en la reforma previsional y todo culmino en un mamarracho, sin embargo, la no aprobación de esta ley haría replantear el plan económico.

El gobierno necesita la reforma previsional, si no la tiene peligra todo el presupuesto 2018 y algo mucho peor, la sustentabilidad de los números fiscales.

En el año 2005 los ingresos de la Anses eran el 3,3% del PBI mientras que los egresos el 4,3% del PBI, el sistema previsional le aportaba el tesoro un déficit del 1,1% que era financiado por el Estado. En aquel año el total de jubilados que habían realizado sus aportes era de 3,3 millones y los pensionados ascendían a 500.000, un total de 3,8 millones de beneficiarios.

En la actualidad, los ingresos del Anses son el equivalente al 7,1% del PBI, mientras que sus egresos son el 10,1% del PBI, el sistema previsional le aporta al tesoro un déficit del 3,0% del PBI. Si miramos las cuentas públicas, este año tendremos un déficit del 4,5% del PBI, lo que implica que 66% de dicho déficit lo aporta el sistema previsional.

El total de beneficiarios 2018 se divide en 3 partes, 3,2 millones son jubilados que realizaron sus aportes, 3,6 millones son jubilados que accedieron al beneficio vía moratorias, y el total de pensiones asciende a 1,5 millones de personas. En total tenemos 8,3 millones de personas que reciben el beneficio previsional, de los cuales se estima que 4,6 millones ingresaron gracias a los beneficios del Estado y sus moratorias, lo que implica que no hay dinero suficiente ahorrado para responder al financiamiento de las erogaciones corrientes.

Por otro lado, en la Argentina hay aproximadamente 7 millones de trabajadores en el mercado informal, que al no realizar sus aportes no ayudan a que el rojo del Anses disminuya o se atempere a corto plazo.

Nos guste o no nos guste, tenemos 8,3 millones de jubilados y pensionados sobre una población de 43 millones de habitantes, y todos nos tenemos que hacer cargo de este problema. El gobierno lanzo un programa de reparación histórica para los jubilados, que fue bienvenido por toda la población, pero tiene un pequeño desafío, hay que pagarlo, y para eso hace falta dinero que hoy no está.

El sistema se puede autofinanciar, para ello es necesario un blanqueo laboral que permita que más trabajadores realicen sus aportes, para que esto ocurra es necesario una economía que permita realizar esos aportes y que las empresas tengan una ecuación económica positiva, lo que implicaría que no podemos seguir con esta carga tributaria. Por otro lado, si bajamos impuestos y no bajamos el gasto el déficit fiscal se transforma en inflación y el circulo vicioso se potencia en el mercado.

Por otro lado, si no podemos financiar al sistema actual, pero nos debemos hacer cargo de los jubilados, el aumento de la edad jubilatoria pasa a ser parte de la solución. En el mundo se alargó la esperanza de vida y luce ridículo que policías y bomberos se jubilen con solo 50 años, o regímenes provinciales que permiten la jubilación a edad más tempranas que los 65 años para hombres y 60 para mujeres.

Alargar la edad jubilatoria, como lo están pensando en todo el mundo, corriendo lentamente los años para jubilarse podría ser una solución. Sé que ya mientras leen la columna me están odiando, pero nos debemos hacer cargo, alargamos la edad jubilatoria o pagamos más tributos para financiar el sistema. Todo tiene solución, te queres seguir jubilando a los 65 años para el hombre y a los 60 para la mujer y mantener regímenes previsionales especiales y no reducir jubilaciones de privilegio, hay que poner más dinero, de lo contrario alargar la edad jubilatoria, pagar más impuestos o terminar con privilegios, no hay magia, es el déficit.

Si el gobierno no logra la reforma previsional, que seguramente deberá ser consensuada con la oposición ya que por decreto de necesidad y urgencia será un horror, el déficit fiscal sería difícil de bajar, y esto debería impulsar un cambio en el plan económico.

En materia financiera, las internas siguen entre el equipo económico y el Banco Central, tenemos para marcar 3 problemas:

1)    El Ministro de Finanzas Luis Caputo colocó letes en pesos de corto plazo a una tasa del 26,5% anual, el Banco central colocaba lebac al 29,5% anual. Después de esta jugada las lebac de Banco central bajaron al 28,3% anual. ¿Parece que algo se podía bajar la tasa?

2)    El presidente del Banco Central dijo que la inflación 2018 sería 10% anual con un desvió que podría llegar al 2%. El Ministro de Hacienda Nicolas Dujovne propuso paritarias en torno del 16,6% anual. ¿Parece que tienen una diferencia respecto de la inflación esperada 2018?

3)    Dicen que las metas de inflación que fija el Banco Central son irreales, parecería que el gobierno desearía que las metas de inflación las fije el congreso nacional. Si el congreso nacional hace semejantes papelones como los que realizo esta semana, se imaginan fijando las metas de inflación 2018, sería un verdadero espanto.

La única verdad es la realidad. El sistema previsional argentino está quebrado, y necesita una solución, que tiene que salir por ley del congreso, y tener el consenso de la clase política, porque es un problema de todos hacerse cargo de lo que se hizo, y lo que se hará a futuro. No habría que descartar alguna auditoria sería, no vendría mal a la hora de dejar muy en claro el Estado del sistema.

Respecto de los problemas financieros, está claro que alguien sobra en el equipo económico o en el banco Central. El equipo económico debe hacerse cargo que no hubo el consenso necesario para llevar adelante las reformas entre oficialismo y oposición, por otro lado, las correcciones permanentes del déficit nos muestran que no hay proyecciones serias a futuro, la sorpresa la veremos en diciembre con un tesoro nacional que no para de pedirle dinero al Banco Nación y entes estatales para financiar el déficit. En el Banco Central la tasa de interés no podría bajar del 29,5% anual, y luego de la colocación de letes en pesos del ministerio de finanzas, por arte de magia bajo 1% la lebac. Esto es poco serio, el presidente del Banco Central ya perdió credibilidad, no hace falta que la inflación 2018 sea superior al 12% anual para que ello ocurra.

Conclusión, a pesar de estos problemas no vemos una suba del dólar, el gobierno tiene reservas por más de U$S 54.000 millones, y muchos dólares para cambiar si el déficit lo requiere. Brasil esta devaluando el real y suma amenazas para la economía real y nuestra balanza comercial. El gobierno tiene muchos frentes abiertos, y la falta de armonía en la política económica y monetaria se siente en la calle con menos consumo y un año de vacas flacas. Vamos a un escenario con mayor volatilidad en las variables financieras