En un informe la BCR indicó que gracias a nuevas mediciones satelitales realizadas en la zona núcleo, se corrigieron los datos del trigo 2024/25 y ahora se estima que se sembraron unas 6,91 millones de hectáreas, sumando 227.000 hectáreas más que lo calculado anteriormente. Con un rendimiento promedio nacional de 30,4 quintales por hectárea, la producción esperada sería de 20,1 millones de toneladas.
Mirando hacia adelante, el panorama del trigo 2025/26 es aún más alentador. Se estima que podrían sembrarse unas 7,2 millones de hectáreas, lo que marcaría el mayor nivel de siembra de los últimos 15 años. Si se da un rinde promedio, podríamos estar frente a una de las mejores cosechas de trigo en la historia del país. Para tener una idea, el récord de siembra fue en la campaña 1982/83, con 7,4 millones de hectáreas, señalaron desde la entidad.
Uno de los factores clave que impulsa esta expectativa es la recuperación del agua en los perfiles del suelo entre fines de febrero y abril. El estado hídrico actual incluso supera al de mayo de 2021, año en que se logró una siembra de 6,9 millones de hectáreas y una cosecha récord de 23 millones de toneladas. Si se repiten rendimientos promedio de 30,5 qq/ha, descontando unas 300.000 ha no cosechadas, la producción podría rondar las 21 millones de toneladas.
Además, las proyecciones de lluvias normales o superiores a lo habitual hasta octubre/noviembre, junto con mejores precios en fertilizantes como la urea, están favoreciendo la decisión de apostar por este cereal. Aun así, los números muestran que hay que invertir fuerte en tecnología para lograr buenos márgenes, especialmente en campos arrendados, donde los rindes de equilibrio son más exigentes que el promedio histórico.
Aunque todavía faltan definiciones y la cosecha está atrasada, todo indica que el productor está decidido a sembrar más trigo este año.
