Luego de dos años de intenso trabajo y una inversión inicial de un millón y medio de dólares se realizó la inauguración oficial del primer invernadero de ADBlick Agro, ubicado en la ciudad de Lima, Provincia de Buenos Aires.
El mismo abarca 1, 44 hectáreas y actualmente cuenta con 270.000 plantas de frutillas de tres variedades y planean producir anualmente 300 toneladas.
Para llevar a cabo este proyecto, se trabajó en conjunto con New Growing System (NGS), una empresa española que se dedica exclusivamente al desarrollo de nuevas tecnologías para la producción de cultivos. A su vez, desde sus comienzos, el proyecto cuenta con un comité asesor compuesto por profesionales del INTA que aportan sus conocimientos para poner a punto el sustrato en el que crecen las frutillas.
El invernadero cuenta con una estación meteorológica que permite no solo automatizar la apertura cenital que protege al invernadero de posibles tormentas o vientos fuertes, sino que también es una fuente de información para la toma de decisiones. Este sistema de ventanas permite que el calor evacue más rápido y que por las ventanas laterales ingrese el aire fresco. De esta manera los días de calor la temperatura es mucho menor que la de otros invernaderos, gracias también a la gran altura que tiene de 8.50 mts.. A partir de mediciones instantáneas de temperatura, humedad, radiación, dirección y velocidad del viento se puede ofrecer trazabilidad ambiental a las plantas.
Por otro lado, una computadora de riego brinda otro importante caudal de información como por ejemplo lo relativo al PH, la conductividad eléctrica y los consumos de nutrientes en cada uno de los riegos. Toda esta información se guarda y se encuentra disponible para analizar posteriormente o en tiempo real. De esta forma se puede mejorar día a día la gestión del cultivo, y la toma de decisiones en base a los resultados que se obtuvieron anteriormente en condiciones similares.
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¿Por qué frutillas?
Las frutillas se encuentran en la parte superior del ranking Dirty Dozen 2019 de los Estados Unidos, que evalúa el uso de pesticidas en distintos productos. Con este sistema de producción se reduce hasta el 100% en el uso de herbicidas, 70% en fungicidas, 50% en insecticidas y del 45% en fertilizantes.
En este sentido, la tecnología aplicada a esta metodología, permite mejorar el sabor, la textura y la cantidad de nutrientes. Al mismo tiempo, la posibilidad de aplicar fertilizantes e insecticidas en su dosis justa, permite obtener un producto más limpio y saludable.
En este momento están focalizados en 3 variedades: Albion, Monterrey y San Andreas lo que les va a permitir tener una oferta permanente. “Estamos muy contentos porque la climatización del invernadero está funcionando muy bien y las plantas responden de manera excelente” explicó Federico Mouso, líder del proyecto.
Un contexto, una oportunidad
Recientemente, la empresa comenzó a comercializar las frutillas bajo la marca Zempre en numerosos comercios de la zona y en algunas de las cadenas más importantes de supermercados.
“Nuestra estrategia es 360; vamos a vender a los mercados centrales, en los supermercados, en tiendas minoristas, las verdulerías boutique y de manera directa por internet. La idea es llegar a todos lados”, dijo Ramiro Magallanes, gerente comercial de la compañía.
En un futuro proyectan exportar un tercio de la producción. Demicheli remarcó: “Esto se va a hacer una vez que sepamos que tenemos calidad en tiempo y forma, y podamos prever cómo viene el flujo de calidad y cosecha”.
Este lanzamiento, responde a una demanda creciente de productos más frescos. Por su cercanía a los centros urbanos, los invernaderos hidropónicos, pueden entregar mercadería de mayor calidad y con cero desperdicios. Su valor puede ser más alto, pero el producto es muy superior en sabor, sanidad y limpieza explica Federico Mouso, Líder de ADBlick Hidroponia.
Algunas ventajas de este sistema de producción son:
· Utiliza 90% menos de agua - sistema de producción sustentable.
· Permite la producción cercana a los mercados, reduciendo la huella de carbono.
· Minimiza el uso de agroquímicos (elimina el bromuro de metilo)
· Permite obtener rindes hasta 10 veces mayores que la agricultura tradicional.
· Minimiza el riesgo productivo, con el control de las variables de crecimiento
· Mayor calidad y uniformidad de la producción.
· Crecimiento más rápido por la atmósfera controlada y la dosificación de nutrientes.
· Permite la automatización y robotización de procesos.
Entre las bondades de este proyecto se destaca la sustentabilidad, punto que está siendo muy demandado por las nuevas generaciones y los mercados. “No podemos concebir un proyecto sin tener en cuenta su impacto. Los mercados son cada vez más exigentes, y los inversores cada vez más ponderan este criterio en su matriz de decisión”.
Otros de los ejes que hacen sustentable al proyecto son el aprovechamiento de agua de lluvia y sobre todo el impacto social. Al trabajar en un espacio cerrado, con el clima controlado y una cosecha a la altura de los hombros, se mejoran notablemente las condiciones de trabajo de las personas que trabajan en la siembra.
A su vez, Mouso comenta que desde lo productivo ya se han comprobado los beneficios de este sistema. “Estamos delineando los siguientes pasos para expandirnos de manera segura, creciendo en volumen de producción en el módulo de frutillas, diversificando productos y enfrentando estratégicamente los desafíos que significa invertir en Argentina".
“Las oportunidades son infinitas y las condiciones están dadas para que Argentina se enfoque en una nueva agricultura sustentable, innovadora, eficiente y de calidad diferencial” agregó José Demicheli, CEO del grupo ADBlick.
En los próximos años, la empresa sumará dos invernaderos más, de una hectárea cada uno, a través de los cuales se proyecta producir alrededor de 900 toneladas, en un espacio de 3,36 hectáreas totalmente productivas.