La crisis que atraviesa el sector frutícola de Río Negro y Neuquén no es nueva. En los últimos años, tanto la producción como las exportaciones de peras y manzanas mostraron saldos negativos, con caídas de hasta un 30% en lo exportado de manzanas el año anterior. La baja producción, además, se compensó con la entrada de unidades desde Chile, segmento que creció un 500% este año.
El combo, con alza de costos y baja de rentabilidad, resultó demasiado: el sector despidió en lo que va del año 3380 trabajadores de la región sur (Alto Valle y Valle Medio de Río Negro), según datos de la Obra Social del Personal Rural y Estibadores (Osprera). Son unos 5940 puestos, en los últimos dos años. "Nunca estuvimos con números tan bajos. Entendemos que hemos encontrado nuestro piso", señaló Jorge Pérez Salgado, delegado regional de Osprera.
La situación en Río Negro es clave ya que con Neuquén concentran el 95% de la producción de peras y manzanas del país. Allí, la empresa Expofrut, la mayor empaquetadora del país, anunció el cierre de dos plantas en General Roca y Allen, con el despido de 260 trabajadores. La empresa admitió una reestructuración, en pos de "ser más competitiva y enfocarse en sus plantas más productivas".
Con todo, el principal conflicto que enfrentan las empresas está en Brasil. El principal socio comercial aplica desde hace un tiempo un régimen sanitario especial para los envíos de peras y manzanas, por lo que los volúmenes exportados cayeron drásticamente. Según datos de Copal, la Argentina perdió su condición de principal abastecedor de manzanas de Brasil, al registrar sólo 16.000 toneladas en 2016 contra 42.000 que vendió en 2014. Las peras también registraron una fuerte caída: pasaron de 137.000 toneladas en 2014 a 75.000 en 2016. Marcelo Loyarte, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) confirmó que se revirtió la tendencia de Argentina como principal abastecedor: hoy Chile representa el 70% del volumen importado por Brasil y Argentina sólo un 20%.
"Es muy preocupante. El precio que llega desde Chile es imposible de competir", advirtió. El ejecutivo destacó que la mira está puesta en mercados como China e India, y remarcó la necesidad de ser más competitivos: "Nuestros competidores llegan con precios un 15% a 20% más baratos que nosotros". Agregó que gracias a las medidas tomadas por el Gobierno, este año sólo se perderán entre u$s 70 y u$s 100 millones, cuando sin dichas medidas se hubieran perdido unos u$s 500 millones.