Agricultura

“Sembrar sinergias”: experiencias de intersiembra de cultivos de granos y de servicios

Los cultivos de servicios ya no solo son una opción entre dos cultivos de renta, sino en intersiembras. Ventajas y desafíos de diversificar en tiempo y espacio.

Los cultivos de servicios (CS) son cada vez más utilizados entre productores que buscan los más diversos objetivos: desde aumentar la biodiversidad, fortalecer la estructura del suelo, proveer nutrientes, reducir la erosión, hasta competir con malezas.

Su mayor uso se da entre cultivos de renta sucesivos. Sin embargo, hay quienes van por más y apuestan a los CS en intersiembra con cultivos de renta. En la última edición de la Revista de la Red de Cultivos de Servicios de Aapresid se recopilaron experiencias en esta técnica con distintos objetivos.

Sinergia en el ciclado de nutrientes y control de malezas

Marcelo Arriola testea intersiembras en el norte de Buenos Aires. Uno de sus objetivos es corregir el desfasaje entre los ciclos de C y N dentro del sistema.

“Las intersiembras permiten la convivencia de leguminosas y gramíneas, lo que facilita el traspaso de N de las primeras a las segundas, N que estas usarán para fijar carbono y generar materia orgánica. Así, se sinergizan los ciclos de C y N. “Combinaciones de vicia con trigo, o maíz con crotalaria son algunos ejemplos”.

Otro motivo detrás de los intercultivos es el control de malezas. “Si bien los CS como antecesores son una buena herramienta, las intersiembras ayudarían a subir la apuesta, en este caso por efecto alelopático”. El centeno por ejemplo, genera alelopatías que inhiben malezas como el Yuyo colorado, pero ese efecto se manifiesta mientras el cultivo está vivo. Por eso, Arriola testea siembras de soja sobre CS de centeno rolado (suavemente, sin llegar a matarse). “Los resultados son promisorios, pero es clave ajustar la mejor combinación que no comprometa el consumo de agua y el rinde del cultivo de renta”.

En la zona de Tandilia, Santiago Guazzelli siembra en simultáneo tres hileras de trigo con una de vicia en busca de cubrir necesidades de N.

Los resultados abren ‘puntas’ a seguir investigando. “Aun con un 25% menos de líneas de trigo sembradas en el lote, no encontramos diferencias de rinde respecto de lotes con trigo puro, lo que puede dar indicio de un efecto de compensación”.

“Además, cuando probamos distintas dosis de N vimos que, a partir de los 120 kg N ha-1 no hubo respuesta a la fertilización en el trigo. Hoy estamos evaluando si ese N requerido por el trigo provino de la fijación biológica del CS, o del suelo”.

En cuanto al efecto sobre el control de malezas, Guazzelli tuvo buenos resultados. “Usamos mezclas de pre-emergentes y no hubo necesidad de volver a aplicar en post emergencia. Tampoco necesitamos aplicar fungicidas”.

Ampliar ventanas de siembra

Sandro Raspo usa las intersiembras para ampliar las ventanas de siembra de los CS - que suelen ser breves - y lograr que expresen su potencial.

Las combinaciones varían según la región. Para el centro del país, combina especies de verano (como moha y trigo sarraceno) con una de invierno (como triticale, centeno o vicia). Cuando vienen las primeras heladas, las estivales mueren y siguen su curso las de invierno, asegurando un continuo verde a lo largo del año. Cuando llega la primavera, seca con rolo o siembra sobre verde.

En campos mixtos, el productor siembra CS dentro de los maíces de primera, que explotan después de la cosecha gruesa, brindando una reserva forrajera, como rollo o silo, antes que se interrumpa el CS y los lotes sigan su curso hacia trigo o arveja.

A 30 km de Charata, Chaco, Nicolás Listello, también apuesta a las intersiembras para ampliar ventanas de siembra del CS, sembrandolo en el mismo momento que el maíz.

En cuanto a especies de CS, Listello se inclina por brachiaria o vicia. Además tuvieron experiencias con las leguminosas forrajeras de verano Aeschynomene y Macroptilium, donde observaron respuestas favorables en el maíz por su aporte de N.

Para Listello hay algunas claves que no pueden fallar. “Es clave lograr uniformidad para un buen control de malezas y planificar los herbicidas preemergentes a usar en el barbecho previo, para evitar fitotoxicidad. Otro punto es el control de lepidópteros, como la oruga de leguminosas que retrasa el crecimiento de la vicia, y que puede ser difícil de controlar cuando el maíz está muy desarrollado”, cierra.