El análisis de la entidad manifiestas que el maíz “es un producto fundamental para la canasta exportadora argentina. El complejo maicero nacional exportó más de US$ 9.500 millones en 2022, constituyéndose en el segundo complejo exportador argentino, sólo detrás del complejo soja. Con cerca del 11% de las exportaciones nacionales, Argentina históricamente se ha colocado como el tercer exportador mundial de maíz, sólo detrás de Brasil y Estados Unidos.
En este sentido vale destacar que, el aporte del maíz a la economía argentina trasciende a las exportaciones maiceras. Además de su rol en las mesas argentinas, el maíz es esencial como generador de empleo y en la producción de bioetanol como insumo presente en las naftas de todo el país. Asimismo, gran parte del alimento del ganado argentino utiliza al maíz como principal insumo.
Para ser más claros: cada tonelada de carne que se produce en el país genera valor agregado para el maíz, considerando que una tonelada de maíz se valoriza actualmente con un precio FOB en torno a los US$ 200/tn, mientras la carne bovina deshuesada y congelada supera los US$ 3.600/tn. Esta diferenciación no debe plantearse como una antinomia, ya que Brasil se ha consolidado como el principal exportador global de maíz y al mismo tiempo el primer exportador mundial de carne vacuna.
Potencial carioca
Con este contexto, nuestro principal socio comercial ha demostrado su enorme potencial, con una cosecha de maíz 2022/23 récord absoluto en producción y exportaciones. No obstante, el pico exportador no se queda sólo con el maíz, sino que también se ha extendido a las carnes, con un máximo exportador histórico en volumen. De esta manera, Brasil espera exportar en este 2023 cerca de 57 Mt de maíz y 8,7 Mt de carnes, lo que representa un crecimiento interanual del 32% y 10%, respectivamente.
Por otro lado, la dinámica de lluvias no ha sido tan beneficiosa para la Argentina como lo fue para Brasil. La histórica sequía nos deja un 2023 que aspira a cerrar con exportaciones argentinas por casi 24 Mt para el maíz y cerca de 1,5 Mt de carnes. Esto representa un recorte de casi el 33% para los embarques de maíz y un crecimiento del 17% para los despachos cárnicos. Ambos factores pueden entenderse potenciados por la sequía, en tanto recorta la producción de maíz e incide en la ganadería empujando a una mayor liquidación del stock ganadero, en parte por falta de forraje.
Comparaciones con el año pasado
Si bien parece ser una buena noticia que Argentina pase de exportar 16 toneladas de maíz por cada tonelada de carne en 2023, lejos de las 28 toneladas del 2022, este análisis debe hacerse con cautela en el contexto de una histórica sequía, que diezmó la producción maicera y, por lo tanto, sus despachos al exterior. Más allá de ello, también resulta importante destacar el progreso exportador que ha tenido la carne vacuna argentina en los últimos tiempos en términos de volumen. Con casi un millón de toneladas exportadas en los primeros 9 meses del año, el ascenso de las toneladas exportadas es de más del 20%. La inserción externa de las carnes argentinas viene creciendo año tras año, con un 2023 que espera seguir consolidando la tendencia alcista.
Diferentes normativas entre la agroindustria nacional y brasilera
De todos modos, por la baja de precios el nivel de exportaciones se acerca a US$ 2.700 millones entre enero y septiembre, un 20% menos que en el mismo período del 2022. Como bien se anticipaba hace algunos meses, no debe dejarse de lado que el mayor comercio de carnes se ha realizado a costa de bajar los precios de exportación, en el caso de la carne bovina, responsable del 95% del valor de exportación de las carnes argentinas.
Parte de las trayectorias divergentes entre la agroindustria brasilera y la agroindustria argentina se explican en diferencias normativas, tales como leyes de semillas, además de la existencia de derechos de exportación y falta de apoyo neto positivo al agro argentino. Asimismo, la dinámica macroeconómica también tiene un muy relevante rol en lo que hace a las diferencias entre Brasil y Argentina. No caben dudas que con una mejor dinámica climática y un marco institucional con más apoyo al agro argentino redundarán en más producción y exportación de maíz y de carnes, lo que colaborará en la estabilización de la economía nacional.