Luego de haber perdido el récord en Agosto pasado frente a la ciudad de Oncativo (Córdoba) que había presentado un salame de 237 metros, Tandil volvió a ubicarse en el podio. La escribana Marcela Lorea fue quien tomó la medición como todos los años y certificó los 310,69 metros alcanzados.
En el año del Bicentenario de la ciudad y tras el compromiso asumido con el Intendente Municipal de llegar al año 2023 con un salame de 200 metros, las familias productoras del Consejo de la Denominación de Origen del Salame de Tandil han superado todas las expectativas.
Tandilenses y visitantes fueron testigos en la noche del sábado, de la gran hazaña. Esta iniciativa surgió por primera vez en el año 2014 donde presentaron un salame de 16.1 metros que año tras año, fueron superando.
Pablo Cagnoli, miembro del consejo de productores destacó: “esta iniciativa une a todas las familias que conformamos el Consejo de la Denominación de Origen. Todos trabajamos en un mismo objetivo que es que se conozca el Salame de Tandil, la producción porcina y por supuesto, nuestra ciudad. Los productos de Tandil, sin dudas son distintos a los del resto del país.”
Tandil, porta con orgullo la primera Denominación de Origen para un producto agroindustrial que le confiere identidad, lo protege y lo distingue frente a otras regiones productoras de chacinados. Tras dar a conocer el resultado final, el Intendente Miguel Lunghi expresó: “Que se sepa en todos lados, el salame de Tandil desde hoy es el más largo del mundo pero además, es el único del país que puede exhibir su Denominación de Origen como sello de calidad.”
Los organizadores del evento contaron que se utilizaron más de 700 kilos de carne fresca para elaborarlo y que el salame pesó alrededor de 500 kilos. Fue trasladado con la ayuda de un camión y una grúa debido a sus dimensiones y llevado hacia el escenario a pie, por más de 50 voluntarios. En todo el proceso de su elaboración, estacionamiento, traslado y degustación participaron más de 150 personas.
Los 310 metros de salame como todos los años, se ofrecen para degustación de los asistentes del festival durante los dos días y, además, se reparte entre los restaurantes, bares y hoteles de la ciudad para ser disfrutado por los turistas.
Por último, algunos metros también son donados a organizaciones sociales y se subastan con el fin de recaudar fondos y colaborar con la comunidad.