Tesãí, que significa “salud” en guaraní, fue el nombre que eligieron los investigadores del INTA y la Universidad del Litoral (UNL) para el té que desarrollaron a partir de hierbas ancestrales y autóctonas. La infusión es natural, no tiene aditivos químicos sintéticos y se destaca por sus propiedades benéficas para la salud de los consumidores.
De acuerdo con Nicolás Aschemacher, docente de la cátedra de Química Orgánica de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL, el objetivo del desarrollo era lograr un té saludable que, a diferencia de los comerciales, no tiene aditivos químicos sintéticos polisacáridos (azúcares) y puede disolverse en agua fría o caliente.
“Elegimos Aguaribay y la Ñangapirí, dos especies vegetales autóctonas y silvestres que se encuentran desde Jujuy hasta Río Negro, y agregamos té verde asociado con cáscaras de limón y naranja de origen natural”, detalló el técnico.
Por su parte, Nora Aimaretti –especialista en agroindustria y agregado de valor del Centro Operativo Experimental Ángel Gallardo Monte Vera del INTA Santa Fe– se refirió a los aportes nutricionales que presenta Tesãí: “Esta infusión natural y saludable se destaca por sus propiedades antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento y el daño celular”.
En esta línea, reconoció sentirse “orgullosa de formar parte de un equipo de investigadores capaces de haber formulado un té a partir de especies autóctonas olvidadas, utilizadas por nuestros ancestros y, ahora, revalorizadas por nosotros”.
Álvaro Siano –docente de la cátedra de Química Orgánica de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL– fue más allá y reconoció la importancia de “generar el espacio para que los licenciados en Nutrición puedan desarrollar este tipo de alimentos que aportan salud a la población”.
Este producto fue premiado en la categoría “Alimento innovador” en el IX Concurso Estudiantil de Alimentos Innovadores de Rosario 2018, organizado por la Facultad de Química de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL) y el INTA.
Dos hierbas, un té
Para llegar al té, el grupo de trabajo seleccionó las hierbas Aguaribay y Ñangapirí y realizó el lavado y secado a temperaturas estandarizadas que permitieran lograr la mayor capacidad antioxidante. Después, llevó a cabo un proceso de liofilizado para extraer el agua sin alterar las propiedades organolépticas del alimento.
Finalmente, luego de la liofilización, se obtuvo un producto soluble en agua a distintas temperaturas que conserva sus atributos sensoriales y puede consumirse en todo momento y lugar.
Al momento de determinar el contenido total de fenoles, se observaron valores superiores a diversos alimentos como el té verde y negro, además de diferentes frutas.