Así lo indicó esta semana el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Tabaré Aguerre, luego de regresar de la misión oficial a China en la cual se establecieron las bases para comenzar a negociar un TLC entre ambos países con la meta de lograr un acuerdo en 2018.
“Con la situación arancelaria de hoy vendemos (a China) el 75% de la soja, el 50% de la carne y gran parte de los lácteos”, recordó Aguerre, para luego agregar que se están realizando gestiones para habilitar la posibilidad de exportar a la nación asiática miel, cítricos, arándanos, arroz, maíz, cebada y porotos de soja convencionales (no transgénicos) para consumo humano (actualmente sólo se exporta soja para industrializar).
El funcionario dijo que un TLC con China, además de permitir el ingreso de productos agropecuarios con una menor o nula carga arancelaria, permitirá vender en ese mercado alimentos con un mayor valor agregado.
“La modificación del control de natalidad por parte del gobierno de China (que las parejas puedan tener hasta dos hijos) determinará que esa nación requerirá mayor cantidad de alimentos. Ahí es la oportunidad para aumentar el posicionamiento de nuestra soja, carnes y lácteos”, aseguró Aguerre. “Obviamente hay que evaluar cuánto se gana y cuánto se pierde como país y de eso se trata el estudio que se va a hacer, pero está tomada la decisión política de transitar por ese camino”, añadió.
“Tampoco quiere decir que concentremos toda nuestra producción en China, sino que también miramos a EE.UU., Rusia y Alemania, entre otros. Uruguay tiene que encontrar la mejor combinación para vender sus productos tratando de salir del modelo clásico, que es logro el estatus sanitario y luego vendo. También miramos anticipadamente lo arancelario y la diferenciación de la calidad y como fidelizar a los clientes”, consideró Aguerre.
Por otra parte, la Cancillería uruguaya emitió un comunicado para aclarar qué implicaría un TLC con China en el marco del Mercosur. “Al no haberse alcanzado a nivel del Mercosur la implementación de medidas para evitar el doble cobro del Arancel Externo Común (AEC), el ingreso de un producto de origen extra-regional supone abonar el referido arancel no sólo en el país del bloque por donde se produce el ingreso originario (en este caso hipotético, Uruguay), sino también, en caso de ser re-exportado, en el Estado parte que oficie de destino”, explicó el comunicado de la Cancillería oriental.
“Ello significa que, aunque los productos chinos ingresaran al territorio nacional sin abonar arancel alguno, persistiría la exigencia de pagar el arancel de importación aplicable en el territorio de los demás países”, remarcó. “En consecuencia, salvo que se configure una transformación sustancial de tales productos (se produzca un cambio de partida arancelaria o se le incorpore, ya en Uruguay, un determinado porcentaje de valor agregado), a efectos de ingresar al territorio de otros Estados parte del Mercosur, los bienes chinos habrían de abonar el arancel de importación aplicable a su país de origen (China)”, agregó el comunicado