En el acumulado de lo que va del ciclo comercial de soja 2019/20 hasta septiembre, se procesaron 21 millones de toneladas, un 10% por debajo al mismo período de la campaña previa. La industria de maíz comenzó acumulando 3,1 millones de toneladas en lo que va de la campaña, un 11% menor a lo procesado en el acumulado del ciclo anterior. Por otro lado, la industria triguera acumula una transformación de 4,7 millones de toneladas hasta agosto, conduciendo a un incremento del 5% respecto al mismo período de la campaña previa y ubicándose en el valor más alto de las últimas 8 campañas, indica la Bolsa de Cereales de Córdoba.
Molienda de soja
La cosecha de soja iniciada en abril de este año dio comienzo a la campaña industrial 2019/20, que cerrará en marzo de 2021. La molienda acumuló un total industrializado de 21,3 millones de toneladas hasta septiembre, valor que se ubica 2,5 millones de toneladas por debajo del valor procesado en la campaña anterior para el mismo período (-10%), y se presenta como el cuarto ciclo con menor industrialización de las últimas 11 campañas. La caída respecto al año anterior es una consecuencia de la retracción en la industria de harina de soja, que vislumbró una disminución de 1,8 millones de toneladas, también acompañado por bajas en la producción de aceite de soja y las demás industrias (0,4 y 0,3 millones de toneladas respectivamente). Es importante destacar que la producción de poroto de soja durante la campaña agrícola 2019/20 fue de 50 millones de toneladas para el país, un 10% menor a la cosecha de la campaña previa, provocando una menor disponibilidad de grano.
En lo que respecta a la evolución de los precios, esta puede dividirse en tres partes. Una primera etapa que transcurre en los últimos meses de 2019 e inicios de este año, cuando el precio de la soja y los subproductos escalaba, sobre todo en el caso del aceite. Una segunda etapa, cuyo inicio fue marcado por la crisis internacional del COVID-19, que impactó negativamente en los precios del poroto de soja y el aceite. Finalmente, se observó un último período de recuperación de precios a partir de junio, que se intensificó en los meses más recientes, especialmente por el gran volumen de importación que está presentando China. Para septiembre el precio de exportación del poroto se ubicó en USD 410 /tn, el del aceite en USD 755 /tn y el de la harina en USD 340/tn, es decir, entre un 13% y un 18% mayor a los precios de septiembre de 2019.
Un segundo factor que contribuyó al menor procesamiento de la oleaginosa fue la caída en el precio relativo de los productos manufacturados respecto al del poroto. Desde abril de este año el precio relativo del aceite con el poroto de soja fue de 1,86, por debajo del promedio histórico de 1,96, significando que se podía adquirir una menor cantidad de grano por cada tonelada de aceite vendida. Para el caso de la harina, el relativo de precios era muy favorecedor para el subproducto durante los primeros meses de la crisis del COVID-19, debido a la caída en el precio del poroto. Pero luego de junio, con la recuperación del precio del grano, el precio relativo disminuyó rápidamente y se ubicó por debajo del promedio histórico. Por lo que, si bien en abril-junio las cotizaciones incentivaron la industrialización hacia la harina, en los meses que siguieron el mercado incentivó la venta del poroto sin procesar, principalmente por el efecto que está teniendo la fuerte demanda del país asiático.
La industria de soja es la principal generadora de divisas de Argentina. En lo que va del año se ha industrializado por un valor bruto de USD 8 mil millones, de los cuales un 35% corresponde al aceite de soja, y un 65% a la harina. Este valor se encuentra un 7% por debajo del de la campaña previa, y es el segundo más bajo de las últimas diez campañas, principalmente por la menor industrialización acumulada.
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Molienda de cereales
La industria de maíz acumula una transformación de 3,1 millones de toneladas desde marzo de 2020 hasta agosto del mismo año, lo que es un 11% menor a la del mismo período en 2019. Analizando por rubros, la molienda seca fue la única actividad que mostró un incremento en el procesamiento, llegando a 123.200 toneladas e incrementando la producción en 21,6%. Por otro lado, la industria de balanceado y la de molienda húmeda presentaron caídas del -11,5% y -3%, respectivamente. Cabe destacar que la industria de balanceado representa un 65% del volumen de maíz industrializado.
El etanol a base de maíz acumuló una producción de 137.300 toneladas para el período transcurrido entre marzo y agosto de este año, el valor más bajo en el acumulado histórico, lo que es un retroceso importante en una industria que venía creciendo continuamente desde su inicio. De todas formas, esta caída puede atribuirse al contexto internacional, ya que otros países productores del combustible en base al maíz también redujeron significativamente su producción entre marzo y junio de 2020. Hubo dos causas principales. Por un lado, la actividad económica mundial tuvo un freno y demandó una menor cantidad de energía. Por otro lado, el abaratamiento del petróleo originó un desplazamiento de la demanda de combustible alternativo a combustible fósil.
En el caso del trigo, la industria molinera procesó 4,7millones de toneladas desde el inicio del ciclo comercial 2019/20 en diciembre del año pasado, siendo el tercer valor más elevado de la historia, y superior al de la campaña anterior en el mismo período por un 5%. La provincia que más ha incrementado su producción en el período diciembre-agosto fue Buenos Aires (+7%), seguida por Córdoba (+3,3%) y finalmente por Santa Fe (+2,6%), mientras que Entre Ríos ha disminuido la producción en un 3,7%.