La cifra de electores y los triunfos del republicano en Florida, Ohio y Carolina del Norte, sumados a su victoria en Georgia y su ventaja en otros estados clave, constituían un mal augurio para la candidata demócrata, quien aspira a convertirse en la primera presidenta del país.
Además, Trump estaba al frente en Michigan, Wisconsin y New Hampshire, otros tres estados altamente competitivos y todos territorios que Clinton necesita ganar para mantener alguna esperanza, algo no imposible pero sí difícil, según coincidían las principales cadenas de noticias de Estados Unidos y analistas.
CNN y otras cadenas de noticias especularon con un escenario sin precedentes en la historia del país: un empate en 269 electores, pero esa posibilidad parecía diluirse a medida que avanzaba el conteo.
La ex secretaria de Estado ganó en Virginia y Colorado, sus primeras victorias de la noche en estados clave.
También se impuso en California, el estado más poblado del país y el que envía más delegados, un total de 55, al Colegio Electoral que elige al presidente de Estados Unidos.
El republicano, un magnate inmobiliario de Nueva York, ganó en Ohio, Carolina del Norte, Gerogia, Texas, Arkansas, Indiana, Kentucky, Virginia Occidental, Oklahoma, Tennessee, Mississippi, Alabama, Louisiana, Montana, Carolina del Sur, Kansas, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Missouri y Idaho.
Además de en Virginia, Colorado y California, Clinton se impuso en Nueva York -el estado donde reside-, Illinois -su estado natal-, Vermont, New Jersey, Massachusetts, Maryland, Rhode Island, Connecticut, Delaware, Oregon, Nuevo México y en el distrito de Columbia, entre otros.
