Por Pedro Ibañez (INTA)

“Un trabajo de hormiga”: cómo lograr un control biológico adecuado

En diálogo con Palabra de Campo -por Radio 10- el comunicador del INTA, Pedro Ibáñez, explica qué recomendaciones da el organismo para lograrlo.

Ante la necesidad de “un trabajo de hormiga”, el INTA recomienda cómo conseguir un control biológico adecuado en estos habitantes tan clásicos en las huertas familiares. Es que las hormigas negras son seguramente una de las visitas más frecuentes y menos queridas de la huerta, dentro de las especies más conocidas están la roja, carpintera y Argentina.

Así lo comentó Pedro Ibáñez, comunicador del INTA, en diálogo con Palabra de Campo -por Radio 10. Si bien cumplen un rol importante en la naturaleza, generalmente suelen traer bastante inconvenientes en los cultivos, por eso buscan aprender a regular su población.

Para ello, encontrar el equilibrio de la huerta es necesario pero no destruyendo a las hormigas sino buscando que no ataquen a las hortalizas en principio mediante la combinación de especies o presencia de aromáticas.

No todas las especies son iguales para las hormigas, ya que algunas serán las primeras en ser atacadas, como las leguminosas (habas y arvejas). Y otras pueden ser consumidas en último término o bien repelerlas. Las buenas repelentes son, por ejemplo, la menta, el ajo, cebollas ajenjo, lavanda, ruda y sésamo.

Los cebos más utilizados son las cáscaras de cítricos, miel, granos de arroz partido. Las trampas son aquellas especies de plantas muy preferidas por las hormigas, a las que van a atacar en primer lugar.

Para ello tomamos algunas plantas, como las habas, y las podemos utilizar sabiendo que van a avisar que estén las hormigas. Cuando aparezcan atacadas (tenemos poco tiempo) empezamos a preparar nuestro arsenal de control biológico.

Además, hay diferencias entre los mextratos, macerados y purín. Los preparados se llaman en realidad “extractos vegetales”. Muchísimas plantas tienen compuestos con diversas propiedades insecticidas, funguicidas, medicinales, entre otros.

La forma de extraerlos es mediante algún líquido, generalmente agua, aunque, el resultado varía de acuerdo a los procedimientos de extracción, explica. En el Purín fermentado las partes de las plantas se colocan en recipientes con agua. Se cubre el recipiente y se revuelve todos los días hasta que ocurre un cambio de color en una o dos semanas. El olor que tiene es muy desagradable. Se diluye en agua y se puede aplicar.

En tanto, la infusión consiste en colocar las plantas en agua hirviendo. Se deja reposar 24 horas. A diferencia de la Maceración en la que se colocan los vegetales en agua durante no más de tres días. No debe fermentar.
En todos los casos, debemos filtrar el resultante. Generalmente también se diluye para luego aplicarlo.

Por su parte, la técnica de naranjo en flor, utiliza a los hongos que atacan a las frutas cítricas. Generalmente aparecen en los frutos unos característicos hongos de color verde y azules, que pertenecen a las especies penicilium sp. Como su nombre lo indica, a partir de esta familia de hongos se obtuvo la penicilina, potente antibiótico. La técnica consiste en tomar varias de estas frutas y realizar un macerado.

Se filtra este líquido y se riega sobre la entrada del hormiguero. El objetivo es “regar” esporas de estos hongos sobre el hormiguero, las cuales germinaran en la honguera y eliminaran al hongo que utilizan las hormigas como alimento; provocando así su alejamiento de la zona.

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