En los últimos días se generó controversia por la aparición de una aplicación que podría evitar que Argentina desperdicie unas 16 mil toneladas de alimentos cada año. Se trata de una iniciativa llevada adelante por tres amigos de la infancia que se dieron cuenta de que los restaurantes arrojan muchas cantidades de comida, y decidieron acercarlos a un público que esté dispuesto a comprarla.
Así, antes de tirar a la basura la comida, el restaurante la ofrece en la aplicación y cualquier consumidor que la utilice podrá comprarla a valores preferenciales. Esto también es aplicable a la leche larga vida, a la carne, a los huevos, explicaba en diálogo con Radio Campo el médico veterinario Marcelo Zysman.
En el caso de que, por ejemplo, un almacén tiene huevos para vender que aún están en buen estado pero que necesita comercializar rápido para que no dejen de estarlo, puede ofrecerlos en la app y automáticamente los usuarios reciben esa notificación para adquirirlos si los van a consumir rápido.
Con la carne podría pasar lo mismo. En este contexto de menor consumo y con tendencias que indican que esto se profundizaría, el carnicero puede salir a vender a precio preferencial un producto que sólo tiene que aplicar en este sistema y mostrar que quizás, en una carnicería dos cuadras más lejana, el precio es más accesible. “Es una opción importante en medio de una economía hogareña que es cada vez más restrictiva”, asegura el especialista.
Así como Argentina arroja a la basura 16 mil toneladas de alimentos al año, el mundo desperdicia un plato de cada tres porciones de comida servidas, por lo que esto implicaría una solución: “No va a resolver la pobreza a nivel mundial pero sí hacer más eficiente la comunicación, resolviendo un eslabón de la cadena, en la que los alimentos son el insumo que más aumentó desde 2015 a la fecha”.