La estación comenzó con abundantes precipitaciones que cedieron y dieron paso a un intenso descenso de las temperaturas con abundante nubosidad. Para los especialistas, esto fue "poco convencional". En clima, lo inesperado marca tendencia.
Considerado uno de los problemas mundiales más importantes del siglo XXI, el cambio climático llegó para quedarse y, de acuerdo con los especialistas, sólo queda saber adaptarse. Así, es que la variabilidad climática puede entenderse como un síntoma que marca tendencia y este otoño es un claro ejemplo de esto.
Para Carlos Di Bella –director del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar– estamos frente a un otoño “poco convencional” marcado por abundantes precipitaciones, al principio para luego dar paso a bajas temperaturas con gran nubosidad y reducida radiación incidente.
Esto se debe –según el especialista– a la persistencia de altas presiones en el sudeste del Océano Pacífico y la zona de Tierra del Fuego. En este lugar, se observa una especie de bloqueo atmosférico que interrumpe o desvía el normal desplazamiento de los sistemas de presión y frentes fríos.
En consecuencia, los frentes fríos provenientes del oeste se desviaron hacia el norte e impactaron con mayor recurrencia de lo normal sobre la región Cuyo y el norte patagónico, con nevadas en los Andes Centrales y lluvias en Patagonia norte.
A su vez, permitió que el aire frío llegue con mayor fuerza y menos modificado (calentado al atravesar diferentes regiones) de lo habitual sobre el centro del país.
Como resultado, se observó un abril extremo en cuanto a las precipitaciones y un mayo excedido en nubosidad con temperaturas máximas diarias por debajo de los valores normales para esta época del año en gran parte del centro del país.
“El clima es complejo”, advirtió Di Bella y explicó que esto se debe a la enorme cantidad de variables a diferentes escalas que interactúan para su pronóstico y análisis.
Y, en este sentido, el director de Clima y Agua agregó: “Estamos frente a un clima muy cambiante en relación a las asociaciones y comparaciones que realizamos con los comportamientos típicos para una determinada estación del año”.
En esta línea, Di Bella fue más allá y aseguró que “estos cambios son claramente demostrativos de la variabilidad climática con la que convivimos en la que las hay eventos extensivos cada vez más frecuentes y extremos con patrones muy altercados”.
Invierno, con temperaturas esperables
Si bien los pronósticos cargan con un gran porcentaje de incertidumbre, de acuerdo a las tendencias y análisis para los próximos tres meses se cree que las temperaturas del invierno oscilarán entre normales y un poco superiores.
En este contexto, el análisis de los datos de las estaciones meteorológicas del INTA indica que la tendencia de los últimos 20 años muestra un aumento de la frecuencia de temperaturas máximas cálidas en el invierno. Asimismo, el organismo confirmó la finalización del fenómeno oceánico-atmosférico El Niño.
De acuerdo con el Centro Internacional de la Universidad de Columbia, es probable que durante el invierno prevalezcan temperaturas de normales a algo superiores a los promedios normales durante para el centro y norte del país. Mientras que el NEA y el NOA se estiman temperaturas benignas.
Por otro lado, el pronóstico trimestral interinstitucional del Servicio Meteorológico Nacional plantea un invierno normal para el centro del país y gran parte del Litoral. Mientras que en la Patagonia y en el NEA se esperan temperaturas por encima de lo normal.