Un nuevo informe semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) evidencia la gran preocupación de todos los actores del sector por la falta de agua, y rebautiza a la zona núcleo como “zona de paraguas”.
La siembra más incierta de los últimos 12 años
“Se sembraron algunos lotes pero solo tienen la humedad para poder germinar, teniendo esperanzas de nuevas lluvias en la primera quincena del mes de noviembre”. Así arrancó el ciclo de soja 2022/23”, dicen en Cañada Rosquin
En Carlos Pellegrini se sembraron de esta forma apenas 500 ha. Las extremas condiciones climáticas ahora ponen contra las cuerdas a la siembra de soja. Hace un año ya se había sembrado la mitad de la soja en la región, hoy solo 250.000 ha, o sea solo el 5%. Y el clima sigue apretando, agregaron.
Soja: “Estricta economía de guerra”
En los lugares más castigados por la falta de agua, por la gran preocupación que hay se está replanteando la estrategia productiva, o sea el nivel tecnológico que se aplicará este año en la oleaginosa.
Los técnicos de Bigand lo explican así: “necesitamos más de 100 mm para que las siembras sean normales y recuperemos la tranquilidad. Aún no se ha podido sembrar ni una hectárea con soja”.
Y agregan: “más de la mitad de los productores van a reducir las dosis de fertilizantes y algunos no van a fertilizar. Otros no colocarían inoculantes. Muchos productores optaran por una estricta economía de guerra. Pero desde el punto de vista técnico no acordamos”.
¿Se sembrarán las 1,3 M de ha pendientes de maíz a finales de noviembre?
En numerosas localidades, siguiendo las áreas más afectadas por la sequía, hay una mínima cantidad sembrada con maíz temprano: en toda la región se sembraron entre 150.00 a 200.000 ha cuando deberían haberse sembrado 1,5 M de ha”, explican los ingenieros de la castigada localidad de Bigand.
En el caso de Bigand no hay maíz temprano implantado y hasta hace poco se pensaba hacer las siembras pendientes como maíz tardío. Pero en estas circunstancias, “prácticamente el 50 % de la intención de siembra pasó a soja de primera”, completaron.
La “zona de paraguas” entre las áreas más afectadas
Una buena manera de mostrar las áreas deficitarias es usando el estado de las reservas en los suelos y los milímetros acumulados desde principios de año al 1ro de noviembre del 2022. La estadística muestra que el valor medio debería estar en torno de los 850 a 900mm, pero la cifra del 2022 es de casi un 50% menos, con una media regional de 480 mm.
“La zona del paraguas”, zona que tristemente parece estar bajo una cubierta invisible que evita que el agua llegue el suelo, se ve claramente en blanco: acumuló menos de 450 mm y abarca el 42% de la región. Esa es la zona más afectada.
Trigo: preocupa la cantidad y la calidad
“Será muy mala, habrá descuentos. Pensamos guardar el cereal para mezclarlo y luego poder enviarlo al puerto. Es otro daño que genera más costos a las pérdidas que calculamos”, explican en Cañada Rosquin.
El trigo va a rendir poco y a su vez hay que descontarle las mermas de calidad. Desde Corral de Bustos, en el este cordobés, admiten que las pérdidas son muy grandes: “no hay lote que no esté afectado por las heladas”.
En el norte bonaerense, “se está evaluando qué hacer con los cuadros que están en el límite de ser secados, ya que deberían rendir más de 8 qq/ha para que valga la pena trillarlos”, explican.
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