La Bolsa de Cereales de Córdoba publicó el informe de situación de cultivos en Santiago del Estero, correspondiente a la primera quincena de febrero.
MAÍZ:
A principios de febrero el avance de siembra de maíz llegaba al 96 % de la superficie estimada, restando completar la labor en zonas ubicadas al este de la provincia.
El cereal comenzaba a manifestar síntomas de estrés moderado a alto por la falta de agua y por elevadas temperaturas. Tal es así que el estado general del cultivo pasó de sólo un 4 % en regulares condiciones en enero a un 20 % bajo regulares y malos estados en febrero. Como el maíz se encontraba en distintas fases de su etapa vegetativa, presentando entre 4 y 9 hojas desarrolladas, tiene capacidad de recuperase del estrés si es que mejoran las condiciones meteorológicas.
Respecto a la sanidad, en el 60 % de los reportes técnicos se mencionó la presencia de gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) y chicharrita del maíz (Dalbulus maidis).
SOJA:
Entre fines de enero y principios de febrero la soja se encontraba totalmente sembrada, por lo que se estimó la calidad de implantación del cultivo. Debido al profundo estrés que sufrió la semilla en planta madre durante la campaña pasada, la cual fue la peor de los últimos 6 años en la provincia en términos productivos, la calidad de implantación fue entre regular y mala en el 27 % de los casos, siendo buena y óptima en un 25 y 48 % respectivamente.
El 33 % de la soja aún atravesaba estadios vegetativos, mientras que el 67 % ya se encontraba en etapas reproductivas. Comparado con enero, la oleaginosa se deterioró significativamente. En dicho mes, apenas un 2 % de los lotes presentaba regulares condiciones y en febrero, producto del déficit hídrico y las temperaturas extremas, este porcentaje aumentó a un 29 %, sumado al 9 % con malos estados generales.
SORGO:
Finalizó la siembra y el cultivo se encontraba en distintas etapas de su ciclo. Un 37 % de los lotes presentaba plantas que comenzaban a atravesar el período crítico de definición de rendimientos bajo condiciones ambientales desfavorables.
Casi la mitad de los lotes sembrados manifestaban regulares y malas condiciones por un alto estrés por la falta de agua y temperaturas elevadas que azotó a gran parte del país en la primera quincena de febrero. Además, la presencia de gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en altos niveles y de pulgón amarillo (Melanaphis sacchari) contribuyen al estrés de las plantas.
GIRASOL:
Hacia fines de enero, el 100 % alcanzó la madurez fisiológica y para los primeros días de febrero el avance de cosecha alcanzaba al 44 % de los lotes. La labor se encuentra retrasada respecto a las últimas campañas como consecuencia de las siembras más tardías por falta de agua.
Las primeras estimaciones indican que serían producidas 62.700 toneladas de girasol, volumen 12 % inferior al logrado el año pasado. Si bien el rendimiento promedio estimado supera en 2 quintales al de la campaña precedente, la disminución interanual de producción sería consecuencia del descenso en el área sembrada y, por ende, en la superficie cosechable.