Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, brinda su análisis en una nueva semana que trae altas y bajas en el mercado local de granos. Las ventas de soja a precio comenzaron a ganar ritmo, pero traen un atraso importante; las de maíz vienen mejor, pero la duda es si el spiroplasma no frenará la comercialización, y preocupa la eliminación el fideicomiso del trigo cuando la demanda de harina local está baja por la recesión.
“A nivel local el tema que genera mayor temor es la chicharrita. Su presencia es extendida y, por el momento en el que llega, afectaría a maíz tardío. Si bien la plaga estaba presente en el norte desde hace años, y allí con prácticas agornómicas preventivas y selección de materiales para la siembra lograron minimizar el impacto. Esta es la primera vez que aparece en el centro y sur del país, donde no se tomaron medidas, justificadamente ya que en teoría no afecta. La pregunta del millón es cuánto maíz se perderá. La BCBA bajó de 56 a 52 mill.tt su proyección, y remarca que afectación podría ser mayor”, estima Romano.
En Argentina, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires reporta un avance de 5 puntos a 11%. La misma viene a buen ritmo al compararla con años anteriores. En zona núcleo los rindes de maíz temprano superan los 100 qq/ha promedio. La duda se plantea para el maíz tardío.
Y añade: “Normalmente, a esta altura del año -donde vienen todos los vencimientos de compromisos financieros del productor-, si los precios no conforman, se vende maíz y se guarda soja. El problema es que con un tardío afectado por spiroplasma, la pregunta es si no conviene esperar a ver qué pasa más adelante”.
En cuanto a la comercialización, la semana fue muy activa en ventas a precio, con más de 700.000 de maíz tt fijadas. El total negociado a precio está en 12%, aunque sigue atrasado versus el 26% que normalmente se ve a esta altura del año.
“El envío más ágil de mercadería a puerto permite bajar la cola de buques a 2,3 mill.tt. Pero, de todas formas, es un nivel muy alto. Es importante mencionar que de ese total hay nada menos que 870.000 tt para puertos del sur, donde la cosecha está lejos todavía. Sin embargo, hay mercadería del ciclo previo en acopios y en manos de productores”, detalla el especialista de la Universidad Austral.
La soja trae la esperanza de activar el flujo de divisas
A fines de marzo, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires reportó que casi el 2% del área total estaba trillada, pero sobre zona núcleo se habla del 7% para el norte y del 4% para el sur. La BCBA también estima que los rindes son muy buenos, en la zona de los 40 qq/ha. “De todas formas, hay zonas en el norte del país y el oeste que tendrán rindes menores a los esperados”, pronostica Romano.
A la vez, el investigador el profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral indica que los camiones a la descarga se activaron fuertemente, con más de 2.000 camiones diarios: “En cuanto a la comercialización se activó, con un ritmo de ventas tanto a precio como a fijar similar a otros años, pero al haber iniciado de una base tan baja el acumulado no es bueno. Los productores llevan vendido a precio 2,3 mill.tt de soja, un 4% de la cosecha esperada, cuando normalmente están en torno al 13% a esta altura del año. Sin embargo, hay mucha mercadería a fijar: casi 9 mill.tt contra 5 del ciclo previo”.
No obstante, Romano sostiene que se ve un buen flujo de buques anunciados que vienen a buscar aceite y harina de soja, “y esto podría ayudar a que el ingreso de divisas se active”.
El trigo y una medida del gobierno que preocupa
Sobre este último grano, Romano detalla que se reportaron buques para cargar trigo en Argentina por 320.000 tt en los próximo quince días. “El año pasado estábamos en 428.000 tt, con una cosecha que también fue pobre”, agrega.
“El gobierno revocó el fideicomiso del trigo y esto es negativo para la molinería, que viene con las exportaciones de trigo complicadas por problemas financieros en Bolivia (uno de los principales compradores) y un consumo interno muy retraído por la situación económica general. En ese marco, no contar con el subsidio para vender harina más barata a los industriales farináceos puede generar un problema”, concluye.