En mayo se evidenció un cambio en el comportamiento de las precipitaciones y las temperaturas, respecto de los meses anteriores en la previa de la campaña de fina.
Desde el comienzo del mes, el ingreso de una masa de aire polar fría y relativamente seca, no favoreció al desarrollo de sistemas de tormentas en la franja central y norte del país, dejando las principales lluvias desplazadas hacia la región del Litoral y en particular al extremo noreste del país. Asimismo, se registraron nevadas en la cordillera de Río Negro, Neuquén y Mendoza en la primera mitad del mes. Las incursiones de aire frío dejaron temperaturas por debajo de los valores promedios en todo el territorio nacional a excepción de la provincia de Misiones, favoreciendo a la ocurrencia de heladas en el sur de la región central. Un dato relevante es que en mayo se cortó la tendencia del aumento generalizado de la temperatura a nivel país.
A nivel del suelo se observa una notable disminución de la humedad retenida en la capa arable. Esto favorece al descenso de la humedad de los granos de las variedades tardías de maíz y soja, y permite el tránsito de maquinarias en los campos y caminos rurales. En los siguientes mapas se compara la cantidad de agua retenida en los primeros centímetros del suelo el día 30 de abril versus el 31 de mayo según el modelo BHOA (Balance Hídrico Operativo para el Agro). Se observa que a fines de abril la mayor parte de la región Pampeana presentaba entre el 50 y el 100% de agua útil, mientras que hacia finales de mayo este indicador descendió por debajo del 60%. La región mesopotámica también experimentó un descenso del porcentaje del agua utilizada por las plantas, pero mantiene valores superiores al 60%. En el resto del perfil edáfico las reservas de humedad se mantienen entre el 60 y el 80% en toda la región Pampeana.
Tendencia climática para la campaña de fina
En primer lugar se debe destacar que los pronósticos de ocurrencia de La Niña muestran que el evento podría comenzar a desarrollarse a partir del trimestre julio-agosto- septiembre, por lo que en el mediano plazo este índice se mantendría con valores neutrales.
El pronóstico por consenso que elabora el Servicio Meteorológico Nacional prevé precipitaciones inferiores a los valores normales para el trimestre junio-julio-agosto en la región del Litoral (con mayor probabilidad hacia el norte), en el norte y este de la provincia de Buenos Aires y en el centro y norte patagónico. Se esperan precipitaciones normales a inferiores a las normales sobre Córdoba, oeste de Santa Fe, La Pampa, oeste de Buenos Aires y en el sur de la Patagonia. La región del NOA y norte de Cuyo están atravesando la estación seca, mientras que a la provincia de Mendoza, oeste de San Luis, oeste de La Pampa y norte de Neuquén se le asignó la categoría de climatología, es decir, que las tres categorías tienen la misma chance de ocurrencia.
Por otra parte, se prevén temperaturas por debajo de los valores normales para este trimestre en el centro-este de la provincia de Buenos Aires y en el centro y norte patagónico, mientras que, en las provincias de Córdoba, La Pampa, centro y sur de Santa Fe, Entre Ríos y oeste de Buenos Aires se esperan temperaturas de normales a inferiores a las normales. El norte del país y la región de Cuyo presentarán temperaturas dentro de los valores promedio para el época del año, mientras que en el norte del Litoral en la región del NOA se prevén temperaturas normales a superiores a las normales.
Analizando los indicadores de probabilidad de ocurrencia de extremos de temperaturas mínimas (TN10) y extremos de temperaturas máximas (TX90), se observa que se prevé la ocurrencia de noches más frías que lo normal, mientras que no se favorecen las tardes más cálidas que lo normal para este invierno en toda la región de estudio. Esto indica que se continuarán registrando en promedio condiciones más frías que lo normal en nuestra región Pampeana, abriendo la posibilidad de una mayor ocurrencia de eventos de heladas.
Los lectores no deben perder de vista que lo presentado hasta aquí es la tendencia del comportamiento promedio de la precipitación y la temperatura a lo largo de los próximos 3 meses. Se sugiere complementar la información con pronósticos a mediano y corto plazo.