Desde el norte entrerriano, el vicepresidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer), Héctor Reniero, al hablar en el acto de inauguración de la 94ª Exposición Agrícola y Ganadera y la 46ª Muestra Comercial e Industrial de la Sociedad Rural de La Paz, remarcó que la provincia atraviesa “un gran problema de sanidad” debido a la garrapata.
“Los departamentos del norte están desbordados por los focos existentes en los campos y en algunos empezaron a morirse animales”, subrayó el ruralista, al hacer alusión a la presencia de anaplasmosis y babesiosis, causantes de la denominada tristeza bovina.
Enfatizó, en este marco, que “estamos tratando de que el Senasa ejerza el poder de policía y comience a actuar con quienes no cumplen con la ley nacional de garrapata”, al tiempo que solicitó a los productores “un esfuerzo más” para combatir el flagelo. “Yo sé que no es algo fácil de pedir, pero es en beneficio de nuestra ganadería. No oculten la garrapata, porque a esta lucha no la ganamos solos, sino todos juntos”, exhortó desde la tribuna paceña. Los instó, además, a acercarse a las oficinas de la Fucofa o del Senasa para recibir asesoramiento y llevar a cabo los tratamientos adecuados. “Es más sencillo evitar un problema, que solucionarlo una vez que el problema ya ocurrió”, enfatizó.
Te puede interesar: Incautaron más de 2.000 envases vacíos de fitosanitarios
Reclamos reiterados
Reniero, en otro orden, aprovechó su discurso para realizar “los reclamos que acarreamos hace décadas”.
“Nuevamente solicitamos el arreglo de caminos y rutas, fundamentales para sacar nuestra producción –todo lo que se ve en las góndolas sale por un camino rural–, y, también, para que los chicos y maestros puedan concurrir a clases y ni qué hablar para poder acercarse a un centro de salud u hospital por una emergencia o un problema de salud”, remarcó.
Pidió, asimismo, la baja de los impuestos provinciales y nacionales que “nos asfixian mensualmente”, dejar sin efecto las retenciones –que son totalmente anticonstitucionales– y la reducción de las tarifas de la energía eléctrica, teniendo en cuenta que estando tan cerca la generadora de la misma, Salto Grande, no podemos pagar la energía más cara del país”. Y recordó, además, que “hemos luchado para que el aumento del Impuesto Inmobiliario Rural no sea ajustado de acuerdo al índice de inflación” y “hemos pedido por la ley de fitosanitarios”.
En definitiva, sintetizó el vice de Farer, “son todos los reclamos que hace más de 20 años venimos haciendo”, aunque “anteriormente no nos recibía nadie en Casa de Gobierno y hoy esa situación cambió, porque ya nos hemos reunido varias veces con el Gobernador y sus ministros”, reconoció. Advirtió, sin embargo, que “los tiempos del campo son distintos a los del gobierno de turno”.
Solicitó también créditos acordes a las actividades agropecuarias y opinó que “el sistema financiero debe rever en forma urgente las altas comisiones y tasas de interés que aplican a los clientes”.
En línea con la postura de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Reniero se pronunció en contra del chipeo electrónico obligatorio porque, según reprodujo Código Campo, “estaríamos dejando fuera a chicos y medianos productores y que lo haga quien lo necesite y quiera".
Reniero, sobre el final de su discurso, dijo que “todos entendemos cómo se recibió la provincia y la nación” e “increíblemente muchos que disfrutaron los mejores años del modelo de redistribución, pretenden seguir la fiesta populista, y, lamentablemente, no comprenden la terrible situación social y económica”.
El campo, remarcó, “no fue causante de semejante destrozo de la Argentina; al contrario, pusimos el hombro y mucho más, y hoy lo seguimos haciendo porque el país sale adelante con el campo, no sin el campo”. Expresó, en este sentido, su esperanza de que el Gobierno nacional “pueda generar condiciones necesarias para que repercutan en medidas positivas para el campo argentino, por ahora hay pequeños gestos que no alcanzan.
Y cerró con una reflexión: “Algunos políticos pasan cada cuatro años y otros se quedan atornillados en sus asientos; a los productores, en cambio, esperando alguna solución se nos va la vida”.
