En la Argentina, el cultivo de maíz tiene relevancia estratégica, desde la producción primaria en la forma de forrajes y granos que aportan al consumo directo y a la transformación a proteína animal, hasta su contribución industrial, que permite la generación de diversos productos como: harina, aceite y etanol. Por esto, especialistas del INTA analizan las condiciones climáticas y la disponibilidad de agua, sumado a la información de la Red Nacional (público-privada) de Monitoreo y el proyecto del INTA de dinámica poblacional de la chicharrita del maíz para considerar posibles escenarios para la próxima campaña.
"El maíz siempre debe estar presente en los sistemas de producción por todo lo que aporta", subrayó Facundo Ferraguti -coordinador de la Red Nacional de Maíz del INTA-, quien destacó que es importante encontrar nuevos enfoques integrados en la estructuración y manejo de los sistemas productivos. En este contexto, es necesario el análisis de una serie de variables para tomar una decisión con base en la información y el conocimiento que genera la institución.
"La decisión del productor, de inclinarse a siembras en fecha temprana para evitar la presencia de Dalbulus maidis -la chicharrita, que ocasionó importantes mermas de rendimiento durante la campaña 2023/24 sobre todo en maíces de fecha tardía- derivó en que este año se registre un cambio de tendencia, en relación con lo que se venía registrando en las últimas campañas", señaló Ferraguti.
Sobre la chicharrita del maíz
En efecto, Ferraguti indicó que, en esta campaña, la decisión de siembra está influida por el temor a la chicharrita, pero el impacto sobre el rendimiento del cultivo -que puede llegar a ser de alta intensidad- se va a notar si las condiciones hídricas y térmicas, especialmente en el período crítico, resultan restrictivas.
"La percepción del riesgo es subjetiva y, frente a la incertidumbre, no existen a priori decisiones correctas e incorrectas", alertó Eduardo Trumper -coordinador del Programa Nacional de Protección Vegetal del INTA-, quien indicó que hay que recordar que, poco antes de las siembras tempranas, el panorama general sobre este vector aún no estaba del todo claro.
Sin embargo, la información brindada por la Red Nacional de Monitoreo de la chicharrita del maíz, sumada a la que aporta el proyecto de dinámica poblacional de chicharrita del INTA, indican que la cantidad de individuos capturados en la región pampeana central es "muy baja o nula", lo que sugiere que "para las próximas semanas es poco probable que se repita el escenario de altas poblaciones de chicharritas de la pasada campaña", expresó Trumper.
El proyecto de dinámica poblacional de la chicharrita del maíz -que incluye a investigadores y a extensionistas de distintas unidades del INTA, distribuidos a lo largo y ancho del área maicera- se dedica al monitoreo de Dalbulus maidis. De acuerdo con Evangelina Perotti -investigadora del INTA Oliveros, Santa Fe- "utilizando distintos métodos de muestreos, como red de arrastre y trampas de emergencia, salimos a buscar chicharritas invernantes en diferentes sustratos vegetales, que pueden utilizar como refugio para pasar las condiciones adversas. Como resultado, detectamos que las poblaciones disminuyeron hasta alcanzar valores cercanos a cero e incluso a la fecha han transcurrido 20 semanas con registros nulos de chicharritas para la región".
Sin embargo, Perotti indicó que la chicharrita del maíz tiene la capacidad para movilizarse grandes distancias cuando la temperatura ambiente supera los 20°C. Por esto, "junto con un consorcio público-privado liderado por MAIZAR se implementó otro método de muestreo consistente en el uso de trampas pegajosas para registrar actividad de vuelo y eventualmente llegar a detectar olas de migración de la chicharrita", detalló.