
La fiebre aftosa fue durante años uno de los mayores obstáculos para la comercialización internacional de productos agropecuarios. Este virus afecta principalmente a animales de granja, como bovinos, porcinos y ovinos. Sus brotes representan una amenaza económica y social a nivel global. Se estima que las pérdidas anuales asociadas a esta enfermedad en las regiones endémicas oscilan entre 8,4 y 27,3 billones de dólares. Las medidas de control, como la vacunación, son sumamente importantes para frenar su propagación, pero las técnicas tradicionales conllevan riesgos asociados al uso de material infectivo.
Recientemente, los brotes en animales salvajes en Alemania y en bovinos en Israel confirmaron la necesidad urgente de avanzar en nuevas estrategias de prevención. Ante este panorama, la empresa biotecnológica Bioinnovo, en colaboración con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Vetanco S.A., está desarrollando una vacuna innovadora contra la fiebre aftosa que no utiliza material infectivo en su proceso de producción.
Una vacuna más segura y versátil
A diferencia de las vacunas tradicionales, que emplean cepas virales infectivas, esta nueva fórmula utiliza cápsides vacías recombinantes (VLPs, por sus siglas en inglés: Virus-Like Particles). Las VLPs son estructuras similares a las del virus, pero sin el material genético que lo hace infeccioso, lo que convierte a esta vacuna en una opción más segura para los animales y para los procesos productivos en general.
Andrés Wigdorovitz, director de INCUINTA y Bioinnovo, explicó que este tipo de vacuna no solo es más segura, sino también más versátil. "Este desarrollo no está sujeto a las restricciones de manejo de cepas virales que existen a nivel mundial, lo que permite una mayor flexibilidad en la producción y distribución", afirmó. Además, destacó que esta tecnología innovadora comenzó hace más de una década en el Instituto de Virología, y en 2022 se obtuvo la patente para proteger el avance.
Beneficios para la industria y el comercio internacional
El uso de cápsides vacías recombinantes tiene importantes implicancias para la producción y distribución de vacunas contra la fiebre aftosa. Marianela Dalghi, investigadora principal en Bioinnovo, explicó que la fórmula desarrollada permite discriminar fácilmente entre animales infectados y vacunados, lo que se conoce como un sistema DIVA (Differentiating Infected from Vaccinated Animals). "La ventaja de no utilizar material infectivo en ninguna etapa del proceso es que nuestra vacuna no se ve afectada por las normativas nacionales e internacionales que limitan el uso de cepas virales", subrayó Dalghi.
Además, la tecnología ofrece un gran potencial para diversificar los portafolios vacunales y alcanzar nuevos mercados. Bioinnovo también busca mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias, como brotes virales inesperados, lo que permitiría a los países adaptarse rápidamente a nuevas amenazas.
En los últimos dos años, la empresa ha logrado validar la tecnología a escala preindustrial y avanza en la preparación de la documentación necesaria para su registro oficial. Actualmente, se encuentra en una etapa clave de su desarrollo: la búsqueda de un socio internacional que ayude a llevar esta innovadora solución al mercado global.
Un futuro prometedor para la salud animal
"Estamos trabajando en conjunto con la Cancillería de la Nación para llevar esta tecnología a la etapa de lanzamiento comercial en los próximos 2 a 4 años", señaló Wigdorovitz. Aseguró que el objetivo es ofrecer un producto que sea tan eficaz y seguro como las mejores vacunas disponibles en la actualidad. "Nuestra misión es ofrecer una alternativa innovadora que pueda competir en el mercado global", añadió.
Desde Bioinnovo y su socio comercial Vetanco, se sigue invirtiendo en plataformas bioseguras para vacunas. Según Jorge Winokur, presidente de la empresa, "seguimos comprometidos con el desarrollo de vacunas que permitan controlar brotes de variantes exóticas en todo el mundo".
El valor de la innovación
La vacuna que está desarrollando Bioinnovo se produce mediante el uso de biorreactores, los mismos que se emplean en la producción de otras vacunas de fiebre aftosa. Sin embargo, en lugar de replicar partículas virales infectivas, las células de mamífero utilizadas en este proceso producen VLPs del virus. Para inducir la producción de estas partículas, se utiliza un compuesto químico llamado cumato, que no es tóxico y está ampliamente disponible. Una vez que se alcanzan las cantidades necesarias, las células se procesan y se purifican para obtener el producto final, que se somete a rigurosos controles de calidad.
Este avance fue reconocido a nivel nacional e internacional. En 2024, el proyecto fue premiado en la 15° edición del Concurso de Soluciones Innovadoras Banco Nación, organizado por la Fundación Empretec. Entre más de 1.500 postulantes, el trabajo conjunto del INTA y el Consejo Nacional de Investigación de Canadá (NRCC) se destacó por su capacidad para eliminar el material infeccioso de la producción de vacunas, lo que lo convierte en una solución mucho más segura.
Un impacto global
El premio obtenido subraya no solo el valor científico y tecnológico de la vacuna, sino también el esfuerzo colectivo que ha permitido crear una solución con un gran impacto a nivel mundial. El proyecto de Bioinnovo y sus colaboradores busca no solo mejorar la salud animal y la seguridad en la producción agropecuaria, sino también generar un cambio positivo en la lucha contra enfermedades virales, asegurando una respuesta más rápida y eficiente ante futuras emergencias sanitarias.