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Brote de rabia paresiante en Chaco: el Senasa ordena medidas urgentes

Se aplicará la vacunación obligatoria en un radio de 10 kilómetros tras detectar el virus en bovinos. Reiteran la importancia de mantener al día el calendario sanitario para evitar la propagación.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) confirmó un brote de rabia paresiante en bovinos en un establecimiento rural de Las Breñas, Chaco. Como respuesta, dispuso la vacunación obligatoria de todas las especies susceptibles, tanto en el predio afectado como en los campos ubicados dentro de un radio de 10 kilómetros.

La medida apunta a contener la enfermedad y prevenir nuevos casos. La rabia paresiante es una enfermedad endémica en la región, lo que significa que puede transmitirse de animales a personas y que circula de forma constante en ciertas zonas del país. Ante ese riesgo, las autoridades sanitarias subrayan la importancia de incorporar la vacunación antirrábica en el calendario anual de los establecimientos ganaderos.

Una vez realizada la vacunación, los productores y tenedores de ganado deben registrarla en la oficina local del Senasa. En el caso de animales que nunca fueron vacunados, se deberá aplicar una segunda dosis entre los 20 y 30 días posteriores. Para los animales ya inmunizados, el refuerzo debe realizarse cada 12 meses.

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Además de la vacunación, el Senasa recomienda monitorear los refugios de murciélagos (principales transmisores del virus) con personal inmunizado y evitar el contacto con animales que presenten signos clínicos compatibles con la enfermedad.

En paralelo, se recuerda a productores, veterinarios y al público en general que deben notificar cualquier caso sospechoso o detección de colonias de murcielagos. Para ello, pueden comunicarse con la oficina local del Senasa o completar el formulario "Avisa al Senasa" en la web oficial del organismo.

En un contexto donde los discursos antivacunas circulan incluso en el ámbito rural, especialistas recomiendan hacer oídos sordos a este tipo de posiciones, que carecen de respaldo científico y representan un riesgo para la salud pública y animal. La detección temprana, la vacunación sistemática y la vigilancia activa siguen siendo las herramientas más efectivas para frenar el avance de la enfermedad.