
El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) organizó un webinar titulado “Tomar mate hace bien: ¿El mate ayuda a proteger nuestros huesos?”, con el objetivo de dar a conocer los beneficios de esta tradicional infusión y su posible impacto en la salud ósea.
El encuentro contó con la participación del investigador Lucas Brun, del CONICET y la Universidad Nacional de Rosario, quien explicó cómo influye la alimentación en la salud de los huesos a lo largo de la vida. Según Brun, entre los 25 y 30 años se alcanza el pico máximo de masa ósea, y a partir de entonces comienza un proceso natural de pérdida. Por eso, destacó la importancia de mantener una dieta equilibrada, rica en calcio y vitamina D, junto con una rutina de actividad física regular y un peso corporal saludable. También recomendó evitar el tabaquismo, moderar el consumo de alcohol y café, y estar atentos a los factores de riesgo personales.
Durante la charla, Brun repasó la historia de las investigaciones que relacionan el consumo de yerba mate con la salud, señalando que desde la década del 70 —y especialmente en los últimos 20 años— se ha profundizado en estos estudios. El primer trabajo sobre yerba mate y salud ósea surgió en Mendoza y evidenció beneficios en mujeres posmenopáusicas, grupo particularmente vulnerable a la pérdida de masa ósea debido a la disminución de estrógenos y progesterona.

A partir de ese hallazgo inicial, Brun y su equipo avanzaron con nuevas investigaciones que confirmaron el impacto positivo del mate en la densidad ósea. Además, analizaron la cantidad de tejido óseo trabecular y su resistencia, junto con la actividad de células clave como los osteocitos y osteoblastos.
En un estudio reciente, los investigadores evaluaron el efecto de compuestos específicos de la yerba mate —como la rutina, el ácido clorogénico y la cafeína— sobre estas células. Encontraron que, si bien los osteocitos no presentan una respuesta significativa, sí se observó una mejora en la función de los osteoblastos, células fundamentales para la formación de hueso.
Brun concluyó que, además de confirmar la relación entre el consumo de yerba mate y una mayor densidad mineral ósea, su equipo pudo demostrar que tanto el tejido cortical como el trabecular se ven beneficiados. “Nuestros resultados sugieren que la yerba mate podría tener un rol protector frente a la osteoporosis y las fracturas por fragilidad”, señaló. No obstante, advirtió que aún se requieren estudios longitudinales para establecer una relación causal y entender con mayor profundidad los mecanismos biológicos involucrados.