Durante la semana del 28 de mayo al 3 de junio de 2025, el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) reportó mejoras climáticas en el centro-norte de la provincia de Santa Fe, lo que favoreció el inicio de la siembra de cultivos de invierno. En particular, se destacó el avance en la implantación de trigo de ciclo largo en diversos departamentos del centro-oeste y sur del área evaluada.
El comportamiento del clima fue variado pero beneficioso: días parcialmente nublados dieron paso a jornadas soleadas y estables, con un notable descenso de temperaturas. Las heladas consecutivas durante dos o tres días en varias zonas contribuyeron a una mayor firmeza del suelo, facilitando así un ritmo acelerado en las tareas de siembra. Según las proyecciones, se espera un aumento interanual en la superficie sembrada de entre el 7,5 % y el 7,6 %, lo que implicaría unas 35.000 hectáreas más que en 2024.
En cuanto al final del ciclo de la soja de segunda, el informe destacó una clara variabilidad regional. En el norte y centro-norte, el cultivo sufrió los efectos del estrés térmico y la falta de agua, generando síntomas como marchitez, zonas sin plantas y, en algunos casos, la pérdida total de ejemplares. A pesar de estas adversidades, la mayoría de los lotes alcanzaron su madurez completa en condiciones aceptables. La humedad del suelo retrasó las labores de cosecha, aunque hacia el final del período se retomaron con mayor fluidez, logrando un avance del 75 %.
Por el contrario, en el centro y sur del área, la recolección de soja culminó con resultados muy favorables. Los rendimientos promediaron entre 35 y 48 quintales por hectárea, superando en unos 5 qq/ha las estimaciones iniciales. En total, se cosecharon aproximadamente 365.400 hectáreas.
Desarrollo del algodón: progreso lento y rendimientos moderados
En relación con el cultivo de algodón, la evolución fue más pausada. Durante la semana se registró un avance de apenas un 2 %, y los rendimientos se mantuvieron estables en comparación con semanas anteriores. En la región este, los valores oscilaron entre 400 y 1.300 kg/ha, con máximos de hasta 2.500 kg/ha en lotes irrigados, aunque estos resultados también fueron considerados bajos. La calidad de la fibra fue buena, pero sin alcanzar los estándares requeridos.
En el oeste del área, los rindes estuvieron entre 1.400 y 1.900 kg/ha. Algunos lotes afectados por estrés térmico o falta de agua mostraron una disminución de carga, lo que provocó un nuevo ciclo de floración. En general, el estado de los cultivos fue calificado como bueno.
Maíz tardío: comportamiento positivo y buen potencial en siembras más recientes
El maíz tardío evidenció un estado sanitario en general favorable, con parcelas muy bien desarrolladas y otras más irregulares, dependiendo principalmente de su ubicación y la cantidad de lluvias recibidas. Los lotes sembrados más tarde mostraron una mejor adaptación a las condiciones meteorológicas recientes y registraron un desarrollo más uniforme.
Proyecciones de siembra y enfoque actual
El informe destaca que las heladas, junto con un clima más estable y una humedad controlada, permitieron importantes avances tanto en la siembra como en la recolección de cultivos. Sin embargo, persisten contrastes entre regiones debido a las condiciones climáticas previas, que continúan influyendo en el rendimiento de las distintas producciones. A partir de ahora, la atención se centra en el desarrollo del trigo recién sembrado y en el cierre definitivo de las campañas de soja, algodón y maíz.
