
Mendoza, reconocida por su extensa red de canales que alimenta al sistema productivo vitivinícola y frutícola, podría sumar un valor agregado a esa infraestructura: la generación de energía sostenible. El ingeniero aeronáutico Mauro Grioni, becario posdoctoral del CONICET, lidera el desarrollo de turbinas hidrocinéticas capaces de aprovechar el flujo constante de agua en estas redes de riego.
“Estos canales, mayormente destinados a los cultivos, podrían utilizarse para abastecer la demanda energética de bodegas, fincas y viviendas cercanas, e incluso integrarse al sistema interconectado nacional”, explicó Grioni.
El diseño de estas turbinas incorpora winglets en los extremos de los álabes, un recurso tomado de la aeronáutica que mejora la eficiencia aerodinámica. “En el caso de las turbinas hidrocinéticas, se espera que su aplicación incremente aún más la eficiencia”, señaló el investigador.
A diferencia de las represas o grandes obras de infraestructura, estas turbinas pueden colocarse en los canales sin modificar su estructura. Esto reduce costos de implementación y minimiza el impacto ambiental frente a otros sistemas de generación hidráulica.
Tras las simulaciones iniciales, el equipo se prepara para construir un prototipo y realizar pruebas en un canal real, ajustando cada turbina según el caudal y la velocidad del agua. Aunque el proyecto está enfocado en Mendoza, el diseño podría replicarse en otras regiones del país e incluso en corrientes marinas costeras.
En un escenario de creciente necesidad de energías limpias, esta iniciativa abre una oportunidad inédita: que los mismos canales que riegan los viñedos mendocinos también se conviertan en motores de energía sustentable.