“Nuestra zona tiene cierto tipo de limitantes a tener en cuenta a la hora de decidir la forrajera y estos se están trasladando a ambientes en donde nunca estuvieron. Lo que ha sucedido en nuestra región, es que se nos acercó la napa freática”, explicó el investigador.
El cambio de acumulación de agua no está dado por la variable de cantidad, sino de la calidad de los suelos. Un suelo sódico es poco permeable.
En relación al beneficio de las pasturas, Bertram destacó que las mismas proporcionan el consumo de agua, la profundización de raíces y además la tolerancia a las sequías. “Son varias las especies que tienen buenas características que no otorgan otros cultivos.
La idea que expresó el investigador es poder “jugar con la especie que encontramos en ese ambiente y hacer un manejo de ella para que se exprese de la mejor manera posible”.
Lo que se mide en el suelo es la conductividad eléctrica para definir los riesgos y las acumulaciones. “La pregunta que debe hacerse el productor es ¿qué pastura hago en función de la salinidad por metro?”. Esta última, el agua y nitrógeno son las materias influyentes para decidir la pastura.
De acuerdo a lo expuesto, una pastura perenne es la mejor, pero tiene un costo muy elevado. Por eso se realizaron pruebas con diferentes tipos de forrajeras, para poder pensar y elegir la especie que se adapte mejor a estos suelos. Estos ambientes faltos de nutrientes, necesitan este tipo de fertilización y mediciones que ayuden a lograr que las pasturas que no son perennes, se comporten como tal.
Bertram dijo que en general los tratamientos que realizan son extremos: sin sales y con muchísimas sales, y las especies en prueba mencionadas fueron la alfalfa, grama y agropiro.
Hay que saber que los suelos sódicos no presentan restricciones para usar especies, pero en suelos salinos hay que estudiar cuanta salinidad tolera cada especie, antes de decidir su implantación.
“Lo que queremos no es solamente generar producción sino ser eficientes en colocar qué especies en dónde -sabiendo que lo que hacemos- también consume agua”, explicó el expositor, poniendo la mirada en un cambio de paradigma, ya que años atrás siempre se valoró el agua por temporadas de sequía, pero ahora filtrar el agua es un buen servicio.