El Banco Central República Argentina (BCRA) comenzó a intervenir tímidamente en los mercados, para calmar la sed de dólares. Reservas no le sobran, por eso abuso de la suba de la tasa de interés.
La semana termina con el dólar cerca de $ 18,00; tasas de lebac en el 26,3% anual para los plazos de 30 a 180 días; Bonos en pesos con vencimientos en el año 2022 al 29% anual, y Bonos en dólares con vencimiento en el año 2027 en el 6,7% anual. Todas estas colocaciones libres de impuestos, menos el dólar.
Claramente un festival para la inversión, mientras la producción lo mira por televisión. En este contexto, lo determinante de las tasas de interés en pesos es una inflación que baja respecto a un año atrás, pero que no muestra una tendencia definida.
La inflación del año 2016 se ubicó en el 36,6% anual, este año con suerte se ubicaría en torno del 21% anual. Es una baja sustancial, pero no alcanza para bajar la tasa de interés de niveles tan elevados.
El plan monetario es simple. La tasa de interés debe ser más alta que la tasa de inflación, de lo contrario los agentes económicos preferirán bienes o dólares antes que pesos. Esto desnaturalizaría al mercado.
En la actualidad la tasa de interés es 5% más elevada que la inflación anual esperada, sin embargo, el apetito inversor por los dólares sigue siendo elevado. ¿Qué sucede?
Los asalariados están muy lejos de ir a comprar dólares, no les sobra el dinero, el poder adquisitivo de un trabajador en el segmento formal privado, cayo no menos del 8% en el último año. Un trabajador en el sector informal perdió un 12% de poder adquisitivo.
La suba de las tarifas, el colegio privado, la obra social y los gastos inherentes al vehículo familiar dejan sin sobrantes a la clase media.
Lo que puede estar ocurriendo, es que muchas agentes económicas con altos stock de mercadería estén bajando sus existencias y estacionando sus ahorros en dólares a la espera de que el panorama económico se aclare pasadas las elecciones.
Algo parecido sucede con el campo, en donde muchos productores prefieren esperar sentados arriba la soja, antes que vender y esperar con pesos o insumos para la próxima campaña.
En los últimos 7 meses el stock de lebac creció el 50% y el de plazos fijos el 14,2%. Esto implica que el ahorro de los argentinos va a financiar al Estado, y no a los privados. Daría la impresión que el crecimiento de ahorro en pesos no está en consonancia con el crecimiento económico, con lo cual daría la impresión que el mercado sigue ahorrando en dólares.
El ahorro en dólares es para él inversor un rivotril, que por las noches lo deja dormir tranquilo. Sin embargo, para la economía es un toxico, ya que saca pesos del mercado para estacionarlos en un colchón, a la espera de que algún impulso o inyección de optimismo los moviliza hacia algún gasto o inversión.
En los primeros 6 meses del año, los argentinos atesoraron U$S 7.445 millones, y gastaron en turismo U$S 4.666 millones, lo que implica un total de U$S 12.111 millones, el equivalente a unos $ 200.000 millones. En igual periodo de tiempo los depósitos a plazo fijo en pesos crecieron $ 83.000 millones, solo un 40% de los dólares acopiados o que volaron al exterior.
Conclusión
. - Los argentinos mueren por el verde, pero no por el mate, por los billetes verdes. En agosto del 2014 el dólar blue valía $ 16,00 hoy $ 18,00 en 3 años subió el 12,5%, casi un 4,2% anual. Un pelotazo en contra.
. - A diciembre de 2015 el dólar oficial estaba en $ 13,00, hoy en $ 18,0 muestra una suba del 38,5% anual. La inflación en igual periodo fue del 48,4% anual. Los bonos en dólares, en pesos, las lebac y las acciones subieron mucho más que el dólar.
. - A pesar del blanqueo seguimos en una economía con un alto nivel de informalidad, lo que ayuda a que la demanda de billetes sea importante como resguardo de valor. No quisieron blanquear los stocks, y aquí están las consecuencias.
. - Los argentinos fantasean con lo que pasara en la economía después de octubre. Después de octubre…viene noviembre, no tenemos cura, las decisiones están parada a la espera de otra crisis que no vendrá. Hay que adaptarse a la nueva economía M y cambiar el chip, es lo que hay.