"Desconcierto". Esta es la palabra que utilizó Alejandro Berlingeri, director ejecutivo de Cerveceros Argentinos, la cámara que agrupa las empresas del sector, para referirse al dictamen de la reforma tributaria que eleva a 17% el impuesto interno para las cervezas. El proyecto que ingresó a Diputados había desistido de subir este impuesto, en línea con los vinos y los espumantes. Sin embargo, en la Comisión el oficialismo ayer repuso el aumento pero sólo a la cerveza. "Es discriminatorio, porque incentiva el consumo del vino que tiene tres veces más alcohol que una cerveza, contrariando los criterios de la Organización Mundial de la Salud", explicó a Ámbito Financiero.
El directivo dijo que la suba de impuestos "afecta el horizonte de previsibilidad" y alertó que "pone en revisión" el plan de inversiones del sector para el período 2106/20120 por us$1.800 millones. El programa incluye tanto a las grandes empresas del sector como a los microemprendimientos, explicó. Con esta modificación, la carga impositiva por cada litro de cerveza se irá a 58% contra el 52,3% actual, precisó. Implicará además "un aumento de 9% en precios, una pérdida de volumen de 7% y pondrá en riesgo 9.000 puestos de trabajo". Berlingieri no ocultó su fastidio con el diputado del justicialismo bonaerense Diego Bossio, que fue uno de los promotores de la suba del impuesto a las cervezas. "Es inadmisible que Bossio no defienda la economía regional de su provincia, ya que el 80% de los 5 millones de toneladas de cebada que utiliza la industria se producen en la provincia de Buenos Aires", destacó. Añadió que "4 de las 9 grandes firmas están en territorio bonaerense".
Según el directivo, su postura se resume en estos ejes:
-Discriminación respecto a otras bebidas con alcohol. El ministro Nicolás Dujovne en la Comisión de Presupuesto explicó que el vino y la cerveza son bienes de consumo sustitutos y que aumentar el impuesto a la cerveza al 17% pero que el vino no tribute, generaría un fuerte incentivo a favor del vino y en contra de la cerveza. Esto agravaría la distorsión ya existente en el mercado de bebidas con alcohol.
-Salud. Para Impuestos Internos, el Gobierno y Diputados están siguiendo la sugerencia de la OMS para los casos de otras economías regionales, pero no lo están haciendo para el caso de las bebidas alcohólicas. La OMS recomienda gravar a las bebidas alcohólicas según su graduación alcohólica, algo que este proyecto no cumple, siendo que la cerveza tiene 3 veces menos de graduación alcohólica que el vino y el champagne, que no pagan.
-Previsibilidad para inversiones. La industria cervecera tiene comprometidas más inversiones que cualquier otra industria de consumo masivo. ¿Qué seguridad jurídica estamos transmitiendo si en un mes se anuncia un impuestazo, se da marcha atrás y después se vuelve a incluir, incluso a pesar de la recomendación del Ministerio de Hacienda?