Por primera vez en décadas, Argentina enfrenta el flagelo del déficit fiscal de forma contundente. Lo hace necesariamente por la reducción de un gasto fiscal insoportable, que no ha parado de crecer y de apuesta al desarrollo y la inversión de los sectores productivos.
Necesariamente debe transferir recursos humanos del sector público al privado, y esto contiene un compromiso social y empresario, que se torna con carácter fundacional.
Argentina debe debatir el modelo productivo, a nuestro entender basado en una Agroindustria poderosa, capaz de desarrollar competitiva y sustentablemente, actividad económica, trabajo digno, arraigo y desarrollo.
Es necesario analizar el viejo modelo de sustitución de importaciones, donde el sector agropecuario por décadas ha transferido recursos y hasta capital a sectores industriales que solo han podido sobrevivir al amparo de un estado paternalista y corrupto.
El camino elegido es el duro, el difícil y tortuoso, pero el acertado.
Es imprescindible es una reforma tributaria que abarque en forma integral a los tres estados Nación - Provincia - Municipio; una reforma laboral que permita una rápida inclusión de nuevos trabajadores al sector privado, más orientada en facilitar la toma de nuevos empleados, que en facilitar despidos.
Desde CRA, la entidad más federal que representa la producción agropecuaria desde el norte al extremo sur ponemos sobre la mesa nuestro esfuerzo y producción y apoyamos el camino elegido y el compromiso asumido, aún en difíciles tiempos políticos.
El sector ha respondido y lo seguirá haciendo, como hasta ahora, el único. Otros parecen que están en un partido de póquer, orejeando las cartas, tratando de adivinar el futuro y no aceptando la realidad de estos tiempos.