En los últimos años los cítricos dulces han vivido una crisis por la caída de precios, tanto del producto como de sus derivados industrializados, como el aceite o el jugo de naranja. Así lo explicaba el presidente de Federcitrus, José Carbonell, en diálogo con Radio Campo -por Radio Colonia.
Lo que se vio fue una caída paradójica de los valores y la demanda, porque se perdieron en toda Centroamérica más de 200 mil hectáreas de naranja como consecuencia del HLB, contó.
Según explicó el dirigente, eso impactó a la baja en la producción mundial de naranjas y de jugo, y tuvo después duros efectos sobre la economía del NEA. La mandarina, por ejemplo, tuvo años difíciles, pero para 2017 eso logró estabilizarse.
En 2018 y 2019 mejoraron los precios de los commodities, y hoy hay una demanda sostenida sobre todo de naranjas industrializadas para el norte de Europa y de mesa para otros destinos. El NOA también es un fuerte exportador, dice, y menciona como ejemplo a Ledesma, la empresa jujeña que se consolidó como la principal exportadora de naranja del país.
“Hay un cuadro internacional levemente mejor para la naranja y la mandarina, y también un repunte del pomelo, al que se había demonizado en el mundo con el mito de que afectaba el ritmo cardiaco, lo que generó una caída abrupta del consumo”, contó.
Después de eso, empiezan hoy a recuperarse tanto la demanda como la valorización del producto. Y aunque Argentina perdió muchas hectáreas de pomelo, está empezando a repuntar.