KIOSHI STONE S.A. es una empresa argentina que tiene como objetivo el desarrollo de nuevas e innovadoras herramientas para la agricultura, manteniendo siempre un profundo respeto por la naturaleza. En este sentido, ofrece una serie de productos revolucionarios, con características únicas y múltiples ventajas.
“Expoagro es una gran oportunidad para reencontrarse con clientes y amigos. La evaluación que hacemos es más que satisfactoria, ha pasado mucha gente por el stand, interesada por conocer más acerca de las nuevas propuestas”, aseguró Gabriel Lema, presidente de la compañía. “Trajimos la paleta completa de productos. A la línea tradicional para suelos acidificados, con alcalinidad y alcalinidad sódica, se ha incorporado la línea de nutrición, que hoy se completa con Mist Balance y Mist Prado”, agegó.
MIST-Balance es una suspensión mineral, especialmente formulada para nutrir el cultivo de soja, ya que posee una adecuada concentración de nutrientes esenciales, secundarios y micro, necesarios para el crecimiento y desarrollo de estructuras radiculares y nodulares. Entre los mismos se encuentran fósforo, calcio, magnesio, cobalto y molibdeno.
La línea MIST se caracteriza por tener calcio en sus formulaciones, básicamente porque gobierna la entrega celular de todos los minerales, el magnesio, por su parte, es vital en el proceso de fotosíntesis y fijación simbiótica del nitrógeno atmosférico. El azufre y el boro participan en la síntesis de proteínas. El potasio, además de que es esencial en la síntesis de proteínas, desempeña un rol importante en la regulación del agua en las plantas (osmo-regulación) y el fosforo interviene en cada proceso de la planta que involucra transferencia de energía y por tanto en todas las reacciones que ocurren en las plantas y el suelo.
"Por su parte, MIST PRADO, es un fertilizante especialmente formulado a base de nanopartículas para la aplicación en pasturas, que incorpora distintos macro y micronutrientes esenciales, y se recomienda en una muy baja dosis de aplicación, del orden de 1,5 a 2 litros de fertilizante por hectárea dos o tres veces por año: en otoño, invierno y/o primavera, lo cual dependerá de la zona y la variedad.
Entre los beneficios que aporta la nanotecnología, se encuentra el manejo de bajas dosis de fertilizante y la reducción de los costos de flete, ya que se optimiza la logística. También mejora el balance de cationes por el aporte del calcio, aumenta la disponibilidad general de nutrientes, entre ellos fósforo, mejora la fertilidad química del suelo y favorece la actividad microbiana.
