El nuevo parque viene a apoyar los negocios de semillas, de cultivos especiales, de agroquímicos y fertilizantes de la compañía. Además de contar con modernas construcciones y mayor confort, las instalaciones están diseñadas para optimizar el uso de energía, minimizar el impacto ambiental y garantizar una operatoria segura y ágil para los movimientos de mercadería en grandes volúmenes.
Gear es una empresa familiar con más de 90 años de trayectoria y una permanente visión estratégica de largo plazo. “Cuando empezamos era presidente Marcelo T. de Alvear. Desde entonces pasaron 35 mandatarios y más de 80 ministros de economía”, dijo Juan Gear, quien junto a tres de sus seis hijos hoy encabeza una compañía que no sólo ha logrado sobrevivir a casi un siglo de políticas económicas sino que se animó a invertir en los momentos más difíciles y ahora, en un contexto más favorable para la actividad agroindustrial, pone en marcha una nueva etapa en su negocio.
El depósito de agroinsumos cuenta con 3600 metros cuadrados y ha sido categorizado como Premium, según las normas de la Cámara de Sanidad y Fertilizantes (CASAFE) para el cuidado del medioambiente.
Por otra parte, la planta de procesamiento de semillas está equipada con la más alta tecnología, cuenta con una capacidad de trabajo superior a un millón de bolsas y está emplazada bajo una nave de más de 9000 metros cuadrados para el almacenaje de mercaderías. La torre de proceso se completa con una moderna instalación de recepción, secado y almacenaje que opera a una velocidad de 60 toneladas por hora y dispone de un avanzado sistema de transporte para el cuidado de la semilla.
También posee un sistema de almacenaje con mecanismos de pre-limpieza y secado, clasificación, selección por color de alta tecnología, calibración, tratamiento profesional de curado, múltiples opciones de embolsado y despacho de semilla a granel o en bolsas.
Entre las 300 personas que se acercaron a la inauguración de la nueva planta ubicada en la localidad de Rojas, estuvieron presentes el jefe de gabinete del Ministerio de Agroindustria de la Nación, Guillermo Bernaudo; el ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís; el Subsecretario de Mercados Agropecuarios de la Nación, Jesús Silveyra; el Subsecretario de Bioindustria, Mariano Lechardoy; el director de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), Martín Lema; el vicepresidente del SENASA, Guillermo Rossi; el presidente de la Asociación Argentina de Protección de Obtenciones Vegetales (ArPOV), Manuel Mihura; el intendente de Rojas, Claudio Rossi; el diputado nacional Pablo Torello; el director ejecutivo de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Adrián Vera; y el presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), Alfredo Paseyro.
El negocio semillero
La inauguración de la nueva planta de Gear en Rojas sirvió de punto de encuentro para que representantes del sector público y privado compartan la última información disponible sobre el negocio semillero en vista de la necesidad de que se genere un marco legal que regule la actividad en el país.
Una decena de representantes de organizaciones y empresas hicieron uso de la palabra durante el encuentro. Dos de ellos compartieron datos que dan cuenta de la envergadura del tema. El presidente del Instituto Nacional de Semillas (INASE), Raimundo Lavignolle, expresó que el mercado nacional de semillas mueve 1.000 millones de dólares al año, que equivalen a 20 millones de bolsas certificadas, de todas las especies. A nivel internacional, la cifra es de entre 250 y 300 millones de dólares. “Mientras que el 100% del maíz es certificado, el porcentaje en trigo y soja apenas ronda el 15 a 20%”, expresó el titular del organismo, quien agregó que hay un total de 2500 empresas bajo el control del INASE, que realizan un promedio de 800 inspecciones y constatan 4 millones de bolsas. “No es simple conocer el origen del resto de la semilla”, dijo.
A su turno, Mirta Antongiovanni, gerente de Asuntos Regulatorios de Don Mario, recordó que poner una nueva variedad en el mercado lleva de 7 a 10 años. Sólo el proceso de registro y producción para su posterior comercialización tiene un costo por variedad de 313.123 pesos para tan solo 15.800 bolsas. La unidad debe ser varias veces multiplicada si se tiene en cuenta el número de variedades que cada campaña presentan las empresas semilleras y el volumen de bolsas necesarios para introducir un nuevo producto al mercado.