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Afrodita, la ternera que puede ser el eje de una nueva genética

El equipo que lo logró está encabezado por el biólogo Luis Ferré, un cordobés que después de hacer una Maestría en Producción Animal en el INTA Balcarce pasó diez años en Estados Unidos, en los estados de Iowa y Wisconsin, trabajando en laboratorios privados de fertilización de alta...

El equipo que lo logró está encabezado por el biólogo Luis Ferré, un cordobés que después de hacer una Maestría en Producción Animal en el INTA Balcarce pasó diez años en Estados Unidos, en los estados de Iowa y Wisconsin, trabajando en laboratorios privados de fertilización de alta genética ganadera.

Volvió a la Argentina a partir del programa Raíces del Ministerio de Ciencia y Tecnología, como uno de los tantos científicos “repatriados”, y en la actualidad dirige el Laboratorio de Fertilización In Vitro que conformaron la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el INTA Rafaela en la ciudad de Esperanza, unos 30 kilómetros al noroeste de Santa Fe y en plena cuenca lechera central.

“En Estados Unidos, Canadá, Europa y Brasil esta la fecundación in vitro se utiliza en forma masiva no solo en las cabañas, sino también entre los tamberos y los productores ganaderos”, contó Ferré, en una entrevista con Clarín Rural.

La fecundación in vitro permite acelerar la reproducción, en combo con el semen sexado, de las líneas genéticas que más valor tienen en el tambo.

La fecundación in vitro permite acelerar la reproducción, en combo con el semen sexado, de las líneas genéticas que más valor tienen en el tambo.

Este paradigma se impuso a partir de que en el 2009 se terminó la secuenciación del genóma bovino y se identificó un gran número de caracteres productivos que son deseables en los animales de un rodeo.

“Con el análisis genómico, los productores y cabañeros comenzaron a saber con datos muy precisos cuáles eran sus mejores animales y el valor real de su genética, al compararla con las bases genómicas de los criadores de las razas. Y, lógicamente, buscaron herramientas para reproducir esos caracteres lo más rápido posible”, explicó el especialista.

Es que de una vaca de elite se pueden sacar óvulos todas las semanas para luego convertirlos en embriones en un laboratorio. Luego se transfieren a las vacas, que incluso pueden ser animales de inferior calidad, y se acelera la reproducción de las líneas genéticas que un productor quiere jerarquizar en su rodeo.

En el caso de los tambos, la fertilización funciona muy bien con el semen sexado -es muy eficiente en aprovechar la pequeña cantidad de semen que hay en cada pajuela- para lograr que solo nazcan terneras.

“De esta forma, un productor puede invertir en un toro de altísimo valor, el que nunca utilizó en su vida porque le salía muy caro, para fertilizar muchas vacas y afinar el perfil genético de su rodeo”, destacó el experto.

Bajar los costos Las ventajas están claras, pero la contra es el costo, y por eso en la Argentina sobre todo utilizan este método las cabañas o los megatambos.

El hecho de que Afrodita haya nacido como fruto de una articulación entre dos entidades públicas (no es la primera ternera que nace por fertilización in vitro en Santa Fe) es un intento por acortar esa brecha.

“La idea es que también utilicen los embriones los tamberos pequeños y medianos. Para eso queremos armar un equipo de jóvenes veterinarios que puedan hacer la aspiración de los óvulos y luego la transferencia de los embriones, y nosotros nos concentramos en hacer la fertilización en el laboratorio”, planteó Ferré.

En el laboratorio del INTA y la FCV, que se abrió en noviembre de 2015, acaban de completar la prueba piloto (hay cinco vacas preñadas más con embriones).

Ahora falta desarrollar todo el esquema para poder prestarle el servicio a los tamberos y productores ganaderos y sumar una alternativa pública en la cuenca lechera central, a la oferta que ya existe de algunos laboratorios privados.

“Es cierto que no es el momento más sencillo para avanzar con este paradigma, por la difícil situación que atraviesan los productores, pero todos los países líderes van por esta línea”, aclaró el referente del laboratorio del INTA y la UNL.

Lo interesante es que esta tecnología trasciende la lechería. “La Argentina también tiene una oportunidad fabulosa para aplicar esta herramienta con el rodeo Angus, que tiene una de las mejores líneas genéticas del mundo”, destacó Ferré. Así, se abre una oportunidad para toda la cadena ganadera.