
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destinará medio millón de dólares a un plan de asistencia técnica y productiva en la Argentina, en respuesta a los efectos devastadores que dejaron las inundaciones en Bahía Blanca y la sequía prolongada en la provincia del Chaco.
El proyecto, que se desarrolla junto con la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, busca apoyar la recuperación de los medios de vida de productores rurales y periurbanos, con énfasis en la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.
En el caso de Bahía Blanca, la tormenta del 7 de marzo descargó más de 290 mm en pocas horas, provocando 18 fallecimientos, cientos de evacuados y la pérdida casi total de cultivos y animales de granja en dos localidades. Por eso, parte de los fondos se volcarán directamente al municipio para impulsar su reconstrucción productiva.
Por otro lado, en Chaco, la sequía que afecta a la región desde 2020 se agravó este verano, dañando más del 75% de la superficie agropecuaria en varios departamentos. Ante esta situación, tanto el Gobierno nacional como el provincial declararon la emergencia y desastre agropecuario.
La inversión de la FAO contempla la entrega de insumos, apoyo logístico y técnico, capacitaciones y acciones para reducir el riesgo ante futuros desastres, con el foco puesto en pequeños productores y cooperativas. También se promoverá la participación de grupos vulnerables para garantizar una reconstrucción inclusiva y sustentable.
El plan será ejecutado por un equipo multidisciplinario, con participación del INTA, gobiernos locales, cooperativas y otras instituciones del ámbito agropecuario. Según la FAO, este tipo de cooperación no solo apunta a dar respuestas inmediatas, sino también a sentar bases más sólidas para un desarrollo rural resiliente ante los desafíos del cambio climático.