Agricultura

Arandú INTA: la nueva variedad de algodón tolerante al estrés hídrico

La nueva variedad de algodón desarrollado por INTA se trata de un cultivar desarrollado por el organismo estatal con sede en Sáenz Peña, Chaco. Se obtuvo a partir de la demanda y productores de la región.

El Arandú INTA es la nueva variedad de capaz de resistir el estrés hídrico. “Arandú en guaraní significa sabiduría. Es que esta variedad, de pronta inscripción en el INASE, integra la sabiduría de los productores algodoneros. Ofrece un mayor rendimiento total, excelente capacidad compensatoria frente al déficit hídrico y un ciclo más largo. Asimismo, posee mejor sanidad foliar y un envejecimiento de la planta más lento en relación con las variedades actuales”, detallan desde el organismo estatal.

Es la primera en la Argentina que confiere resistencia a la familia de herbicidas de las imidazolinonas y que presenta tolerancia a enfermedades foliares como alternariosis y ramulariosis o falso mildiu de algodonero.

Luego de los últimos lanzamientos comerciales en algodón del INTA -Guazuncho 4 INTA BGRR, Guarani INTA BGRR y Pora 3 INTA BGRR-, el equipo de profesionales especialistas algodoneros del INTA Sáenz Peña -Chaco- tiene lista para su pronta inscripción una novedad en materia de genética del textil: una selección denominada Arandú INTA BGRR-IMI.

¿Cómo se llegó al Arandú INTA?

Mauricio Alfredo Tcach –obtentor de la variedad del INTA Sáenz Peña– explicó: “Fruto de las investigaciones de genética algodonera, se logró una mayor interacción con el sector, y en este proceso, interpretamos lo que los propios productores necesitan en una variedad. Un material que rinda más, pero que pueda sortear episodios de estrés, que presente un perfecto equilibrio y balance en el crecimiento vegetativo y reproductivos, que también mantenga su área foliar hasta el final y que su calidad satisfaga la demanda nacional e internacional”.

La variedad se diferencia de Guazuncho, Guarani y Pora, por presentar un ciclo más largo, pero a diferencia de las variedades comerciales con ciclo largo, Arandú tiene un mayor tamaño de cápsulas en el tercio superior. Esta característica ofrece mayor rendimiento total y una excelente capacidad compensatoria frente a estreses como por ejemplo el hídrico.

“Es importante mencionar que no existen antecedentes de difusión comercial en otros países algodoneros, representando una importante innovación para el sector. El nuevo producto es el primero que será evaluado en un programa de mejoramiento con productores PMP, en el que se probarán variedades pre-comerciales, y las mejores puntuadas se inscribirán como variedad comercial”, indicó Tcach.

INTA

El investigador indicó que la mayor productividad del tercio superior es un avance fisiológico inédito, ya que es habitual que las variedades de algodón presenten una estructura piramidal, en donde la mayor productividad se encuentra en el tercio bajo y medio. Entre las características asociadas a este progreso, se pueden destacar mejor sanidad foliar y senescencia más lenta en relación con las variedades actuales.

“El objetivo del desarrollo de este tipo de cultivares es permitir que Argentina cuente con líneas de algodón con distintos grados de resistencia a insumos químicos, estableciéndose un sistema de selección de origen nacional, que pueda dar respuesta al área algodonera y su medio ambiente. Esto es diferente al de otras zonas de cultivo en el mundo, con otro tipo de problemáticas por ejemplo en cuanto a malezas”, detalló Alex Montenegro –obtentor de la variedad del INTA Sáenz Peña.

Para que esto sea posible, el investigador destaca la colaboración para este proyecto de empresas nacionales como Gensus, productores y el Grupo Agroperfiles. “Esta investigación no sólo apunta a la parte agronómica, sino que también genera un camino para futuras investigaciones encaradas desde el punto de vista del mejoramiento genético del algodón en la Argentina, vinculando fuertemente al INTA con el sector privado, tanto productores como desmotadores y empresarios de la industria textil”, destacó Montenegro.

INTA

De esta manera, Tcach explico que “con la difusión de esta variedad podemos demostrar que la ciencia básica y la ciencia aplicada no están divorciadas, sino que pueden complementarse y es un mensaje que nos parece importante transmitir”.

 

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