Agricultura

Argentina: la siembra de maíz entró en cuenta regresiva

La siembra de maíz, en nuestro país, se fija al pulso del cronómetro. Así lo indica un informe de la Bolsa de Comercio De Rosario. Datos de todo tipo en esta nota.

La siembra de maíz en Argentina inició su cuenta regresiva. Es que faltan escasa semanas y, las ventas de insumos para cultivar el cereal en cuestión continúan sin activarse. Encuestas exhiben una baja problemática para el sector agropecuario.

En este sentido, desde la Bolsa de Comercio de Rosario, indican que el cultivo creció "año a año durante los últimos 9 ciclos y la caída interanual sería de un 30% para la región núcleo y un 21% a nivel nacional.”

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Y agregan que “entre varios factores negativos, aparte de la chicharrita que impone la necesidad de sembrar en forma temprana, está el miedo a la falta de agua durante la implantación. Por ello, se analizó las lluvias del mes de setiembre para la región central y que es lo que ha cambiado con la última proyección de los organismos internacionales para los meses claves del maíz y la soja en Argentina”.

De este modo analizan las lluvias registradas durante los últimos 4 años respecto al mes de septiembre e indican que “es importante tener en cuenta que para la región núcleo el promedio de lluvias mensuales está en torno de los 50 mm. En el oeste las lluvias van de los 20 a 30 mm y en el este, sobre todo en el área bonaerense, los valores trepan hasta los 60 y 70 mm”

El maíz y las precipitaciones

Desde el organismo dicen que 2020: “en las lluvias del último fin de semana de setiembre, Buenos Aires volvió a ser la gran ganadora, recibió lluvias por encima de los 50 mm. Santa Fe y Córdoba en cambio volvieron a tener "un nuevo revés que se suma a casi un semestre de déficit hídrico"

“2021: “Después de un inicio generoso en setiembre, la dinámica atmosférica no logró aprovechar la alta disponibilidad de humedad. Tampoco octubre arrancó como se esperaba”, agregan.

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Respecto al 2022: “Setiembre termina con muchas localidades —con récord o casi récord— de falta de lluvias, sobre todo en el norte bonaerense. En promedio, la región núcleo recibió 13 mm cuando debería haber recibido como media estadística de casi 50 mm, o sea llovió casi una cuarta parte”.

2023: “Falta por sembrar el 50% del maíz temprano en la región. Los suelos están más secos ahora que hace un año en esta pre-siembra maicera”. 

En tanto, manifiestan que el “año pasado, con un escenario de “Niño fuerte”, las lluvias cumplieron con las estadísticas en el centro de la región, pero no en el resto. Y saliendo de 3 “Niñas” consecutivas se marcó más que nunca la falta de agua en los perfiles a la siembra, como comentaban los ingenieros del área”

“Lo que se observa es un temor más que justificado por parte del productor a la falta de agua en septiembre en un año dónde los márgenes no incentivan a tomar mayores riesgos y se le suma el problema del spiroplasma. El productor ha entendido muy claramente que significa sumar a todo esto la posibilidad de una “Niña”. Pero cada “Niña” es distinta e impacta de diferente manera y la última actualización muestra un cambio de comportamiento favorable para el maíz, ya que hay un retraso significativo en la aparición de “La Niña”, detallaron desde el organismo rosarino.

¿Y la Niña?

En este tramo detallan que “la actualización al 20 de agosto del 2024 para la evolución del Niño, La Niña y la Oscilación del Sur, ENOS muestra que las condiciones neutrales persisten en el Pacífico ecuatorial occidental. Pero lo que remarca el consultor de la BCR, Alfredo Elorriaga, es que los modelos predictivos ENOS/IRI prevén condiciones neutrales hasta el trimestre agosto/octubre de 2024. “Las condiciones de La Niña se pronostican ahora para los trimestres octubre/diciembre y noviembre/enero. La neutralidad resurge como la categoría más probable durante el otoño e invierno de 2025”.

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¿Hubo cambios?

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Por último, desde la BCR señalan que “los modelos predictivos dinámicos de la NOAA/NCEP/CPC y el IRI muestran un significativo corrimiento en el tiempo de los valores más bajos de enfriamiento en el Pacífico respecto de lo proyectado en mayo y julio 2024. “Hay un claro corrimiento de la curva actual respecto a la de hace 30 días. Se desplazó dos meses hacia adelante. Esto significa que las anomalías más bajas se producirían a partir del 2025. Es decir, surge la probabilidad de un menor grado de severidad del evento Niña durante septiembre, octubre y noviembre de 2024 y uno mayor a partir de enero 2025”. Esta comparación entre la proyección del enfriamiento previsto actualmente y las anteriores se muestra en el siguiente gráfico.”