Agricultura

Aseguran que la agroecología es clave para evitar el uso de agroquímicos en los periurbanos

Según datos de la FAO de 2015, respecto de la utilización de herbicidas por superficie arable por país, Argentina está en el segundo lugar de mayor utilización de herbicidas por hectáreas en sus sistemas productivos. “Lo cual no significa que sea el más eficiente; por el contrario, somos...

Según datos de la FAO de 2015, respecto de la utilización de herbicidas por superficie arable por país, Argentina está en el segundo lugar de mayor utilización de herbicidas por hectáreas en sus sistemas productivos. “Lo cual no significa que sea el más eficiente; por el contrario, somos el menos eficiente. Por su parte Australia es el país que menos usa herbicidas y es el que tiene la mayor eficacia”, explicó Beatriz Zumalave Rey, investigadora del INTA AMBA, en la VI Jornada Universitaria de Ciencias Agrarias en la Facultad de Agronomía UBA, refiriéndose a la publicación de Aparicio “Los plaguicidas agregados al suelo y su destino en el ambiente.”

En este sentido es la agricultura periurbana agroecológica la que puede hacer la diferencia: “Puede ser un pilar del desarrollo, una opción tecnológica válida para la obtención de alimentos en calidad y cantidad. A la vez incorpora acciones sociales colectivas de carácter participativo, permite el sistema de diseños agrícolas sostenibles y resilientes”, afirmó Zumalave Rey.

En 2014 el defensor del pueblo de la Nación dio inicio a una investigación vinculada con presuntas contaminaciones con agroquímicos en el área metropolitana de Buenos Aires. Toman esta tarea las universidades de La Matanza, San Martín, General Sarmiento y el INTA AMBA formando un equipo de trabajo.

Para la investigadora del INTA AMBA: “La realidad es que el uso de plaguicidas en todos los periurbanos es un paquete que va desde productos de bastante inocuidad hasta de una enorme toxicidad que compromete el ecosistema en su conjunto”.

Vemos a las claras que ese suelo se va a ver empobrecido: va a perder su dinámica, no va a ser más reactor, las capacidades de ese suelo disminuirán. Sobre estos temas debemos hacer una reflexión”, indicó y ejemplificó que “uno de los fungicidas que se usa, que son blandos o verdes, está basado en cobre”.

El cobre -amplía- cuando ingresa por vía de ingesta al organismo humano desplaza a otros oligoelementos como puede ser el manganeso o el zinc; o puede desplazar, también un macronutriente como el magnesio. Si desplaza al manganeso o el zinc ese individuo puede tener problemas de crecimiento, de esterilidad, hipertensión, depresión, excitación, cefalea, vómitos, diarreas y, en algunos casos, la muerte. Por eso guarda con ese término que le damos de inocuidad a algunos productos químicos.”

En su ponencia ponderó la necesidad de que se logre un equilibrio entre la gestión y la legislación, es decir que los órganos de contralor funcionen en una misma dirección. “Es necesario lograr un equilibrio entre lo económico y lo ambiental sino los daños que pueden generarse son muy importantes y a escala global. Y en esto no debe haber fracturas porque lo que está comprometido es la salud de las personas”.

“La población no se siente cuidada por las instituciones en la percepción del uso y aplicación de agroquímicos. Los efectos que se ven en el ambiente van más allá del objetivo primordial y de la mejor intención que haya tenido un productor agropecuario o la responsabilidad con que lo hizo un aplicador”, sostuvo.

Para Zumalave Rey no se ha estudiado el paquete completo de insumos químicos en relación a la sinergia o la persistencia que tiene en el ambiente y por eso la población desconfía de los resultados brindados por los organismos públicos porque además hay estudios de investigadores que están sesgados por cuestiones estructurales, por lo políticamente correcto.

El Defensor del Pueblo de la Nación, en cita de la investigadora del AMBA, indicó en 2010: “La altísima toxicidad aguda del paquete de agroquímicos empleados en las hortalizas, cultivo que generalmente se desarrolla en zonas periurbanas, hace que la exposición de la población sea muy elevada. Las localidades de Guaymallén, Maipú, Rawson, Florencio Varela, Escobar, General Pueyrredón y Marcos Paz se hallan entre las de mayor riesgo por contaminación con plaguicida”.

En este sentido subrayó la expositora que “hay un riego muy fuerte hacia los niños, por sobre todo” y puso un ejemplo: en el caso del tomate en La Plata hay casi 4 millones de metros cuadrados de invernáculos y casi 800 hectáreas a campo, del pimiento la mitad, del apio un millón y medio de metros cuadrados, entre otros. Todo este gran volumen está sometido constantemente a los agroquímicos. Y el 80 por ciento de las hortalizas que se consuma en las áreas metropolitanas viene de los periurbanos.

Transición

En cuanto a la naturaleza de la transición agroecológica aseveró que, según la Red Agroecológica REDAE de INTA, la naturaleza de abordaje de estos sistemas es interdisciplinaria (ecología, agronomía, etnobotánica, sociología, biología, etc), multidimensional (ambiental, socio-cultural, económica política, considerados equilibradas y simultáneamente) y multiescalar (nacionales, regionales, locales, prediales).

Beatriz Zumalave Rey dijo que “la ciencia tiene permanentemente una carrera de postas donde estamos todo el tiempo en transición, todo el tiempo son verdades provisorias, todo el tiempo debemos trabajar para construir algo verdaderamente superador”.

“Y desde la transición agroecológica –recordó– podemos colaborar desde cuatro elementos clave: aumento de la autonomía de los sistemas, lograr sistemas de bajo riesgo, optimizar recursos, lograr la agrodiversifcación. En este sentido ya contamos con experiencias agroecológicas en el periurbano.”

Hay experiencias en este sentido. En el informe técnico de Centro Regional Buenos Aires Norte del investigador Jorge Ullé, se describen 56 experiencias agroecológicas todas ellas documentadas. “La agroecología es clave para evitar el uso de agroquímicos en los periurbanos”, señaló.

En horticultura, leyó en su ponencia, si se estima que la superficie que suman las unidades productivas del Programa Prohuerta (60 mil huertas agroecológicas) en todo el AMBA, alcanza las 400 hectáreas, entonces el volumen estimado de producción de hortalizas frescas por año es de unos 22 millones de kilogramos para consumo directo. Así lo expresa la Publicación de la Estación Experimental Agropecuaria AMBA “Agricultura urbana y periurbana en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

Para la investigadora “estaríamos en condiciones de proveer en el AMBA el 50 por ciento de los requerimientos alimenticios de verduras que necesita cada persona”.

Gustavo Tito, director del INTA AMBA, resume que se puede considerar la posibilidad concreta de producir en forma agroecológica y estable vid, frutales, hortalizas, agricultura y ganadería, sentando bases sólidas, científicas y tecnológicas para que una producción amigable con el medio ambiente sea posible.

Estudios de técnicos del INTA marcan que las producciones agroecológicas igualan y mejoran a las convencionales a partir del quinto año de trabajo con todos los beneficios que ésta forma de producir nos brindan.

De aquí que Zumalave Rey concluye que es posible remplazar insumos inorgánicos convencionales por tecnología de procesos con iguales o mejores rendimientos mediante propuestas económicas más deseables y sustentables. “Estos elementos colaborarán en la estructura del suelo, en la disminución del impacto ambiental, en el aumento de la fertilidad, en la mejora de la calidad de los alimentos y en la salud de las personas”, ratificó la técnica del INTA AMBA.