Desde el 20 de marzo, y gracias a la Resolución 100 de la Secretaría de Comercio Interior, los precios se congelaron a los valores que regían el 6 de marzo para un conjunto de alimentos, bebidas y artículos de higiene y limpieza.
Sin embargo, el 6 de marzo la pandemia no daba señales de alerta aún en la Argentina y el panorama era bien distinto. Las condiciones cambiaron, desde entonces, notablemente y la industria fideera asegura que no escapa a esta realidad.
Sobre eso dialogó con Radiocampo -por Radio Colonia- Juan Airoldes, presidente de la Unión de Industriales Fideeros de la República Argentina, quien asegura que hoy por hoy son mayores los costos operativos, como consecuencia de la necesidad de licenciar -por ser parte del grupo de riesgo- a casi el 20% de los trabajadores, a lo que se suma además el valor de las medidas de higiene y desinfección que tienen que poner en marcha. También encarece la producción el hecho de tener que hacer espaciamiento de turnos y equipos de trabajo, que disminuyen la productividad.
Además, por la gran cantidad de viajes y los largos trayectos que se hacen con camiones vacíos, subió el costo del transporte. A eso se suman los aumentos salariales pautados para este mes, y las restricciones como actividad esencial para acceder al Programa de
Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción.
Por otra parte, reclaman que el incremento del trigo superó en algunos casos al 30% desde diciembre del año anterior, y las perspectivas indican mayores aumentos en el corto plazo. Como si eso fuera poco, se presentan muchas dificultades en la cadena de pagos por la operación limitada del sistema financiero.
Por eso Airoldes y la industria explican que el incremento de los costos operativos que se dan producto de la pandemia y el salto del dólar, son variables "imposibles de controlar por parte del sector alimenticio". En esa línea, aseguraron que "desconocerlas implicaría
para los fabricantes, un alto riesgo de quedarse sin oferta de insumos".
"La regulación que actualmente tiene efecto, debería contemplar mínimamente los aumentos de costos que están teniendo lugar, (y que no son leves), como un paso indispensable para garantizar la plena operatividad de la industria fideera, asi como del resto de las industrias esenciales", concluyeron.