Se agotan los stocks de trigo en mano de exportadores
La demanda de trigo viene sostenida, destacándose el interés por asegurar negocios con el cereal de la nueva campaña. Por primera vez en varios años, ya se han presentado a la fecha declaraciones juradas de ventas al exterior para embarques del ciclo 2016/17 por 600.000 toneladas, cuando los dos años anteriores a esta fecha el monto era cero, y hace tres años, apenas sumaron 8.700 toneladas.
Mirando la fotografía completa, la exportación de trigo desde nuestro país vuelve a mostrar un dinamismo que hace tiempo había perdido. En lo que va de la campaña 2015/16 ya se embarcaron un total de 7,77 millones de toneladas, prácticamente en coincidencia con las presentaciones de declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) por 7,79 millones de toneladas. Sin embargo, según información del Ministerio de Agroindustria, el sector exportador llevaba comprado a fines de septiembre “apenas” 6,43 millones de toneladas, por lo que los 1,3 millones de toneladas restantes han salido de los stocks acumulados en manos del sector exportador durante los períodos anteriores.
Frente a este panorama se comprende el interés en asegurarse la originación de mercadería por anticipado, ya que se calcula que será escueto el volumen de trigo que pase como carry over en manos del sector exportador para el nuevo ciclo comercial. Con a la fortaleza que han demostrado las exportaciones de cereal en la campaña 2015/16 y que podría arañar las 8 millones de toneladas para todo el ciclo, apenas quedarían inventarios de alrededor de 3 millones de toneladas, prácticamente la mitad que al cierre de la campaña previa.
De este modo, la mayor producción (según nuestros cálculos preliminares, podría rondas las +/- 13 millones de toneladas) se compensaría con los menores stocks iniciales de modo tal que la oferta total permanecería prácticamente invariable, sumando con suerte 17 millones de toneladas. Sin grandes modificaciones del lado del consumo doméstico, tenemos por fuerza que el saldo exportable de la campaña 2016/17 igualará al de la 2015/16 con unas 8 millones de toneladas.
Este factor, de confirmarse, es susceptible de poner una cota a la pérdida de valor del trigo nuevo en relación al viejo, especialmente cuando se observa el interés del sector exportador de asegurarse mercadería por adelantado. A la fecha, ya originaron un total de 1,37 millones de toneladas de trigo 2016/17, casi un 500% más que el año pasado y el mayor volumen en cuatro años.
Las ofertas abiertas para la descarga en los meses de noviembre/diciembre se mantuvo en la semana en u$s 140/tonelada, o u$s 150 para el trigo de calidad. Al tipo de cambio esperado para fin de año ello representa, respectivamente, $ 2.241 y 2.400 por tonelada, respectivamente, cuando por la mercadería disponible en la plaza Rosario se está pagando hoy $ 2.050/tonelada con descarga o $ 2.100 sin.
Más interesante resultó el segmento para la entrega full febrero o entre el 15 de enero y el 15 de febrero, donde se pagaban u$s 150/ton por trigo cámara. Aquí los volúmenes operados en la rueda del jueves podrían haber sumado hasta 15.000 toneladas en el recinto de nuestra Bolsa de Comercio de Rosario. Otro aspecto a destacar es la gran cantidad de compradores deseosos de originar mercadería a entregar en todos los meses que van de diciembre a marzo, lo cual le da aire fresco al mercado triguero.
Para cerrar, en una campaña donde se descuenta una ingente oferta mundial del cereal, ver lo que suceda en el mundo con el trigo de alta proteína, ya que es el mercado donde naturalmente se dirigirá nuestra oferta.
Algunos de los principales proveedores globales del cereal están teniendo serias complicaciones esta campaña, entre los que se destacan la Unión Europea cuyas últimas estimaciones de producción para la nueva campaña realizadas por el GAFTA se reproducen a continuación. Según el organismo, con una reducción del 8% en la oferta total de trigo de la Unión Europea y pese a un recorte del 4% en la demanda, los stocks al final de la campaña caerán casi un 40% en el bloque hasta los 11 millones de toneladas.
A la activa comercialización del trigo nuevo, se le suma que de momento el desarrollo en los campos luce relativamente auspiciosas, principalmente en nuestra zona núcleo. El regreso de las lluvias tan esperadas trajo alivio a los lotes trigueros, con la excepción quizás de algunos lotes del norte de nuestro país donde la seca de las semanas previas afectó al cultivo en sus etapas críticas de floración-llenado de granos, bajando así las expectativas de rindes a cosecha.
En nuestra zona núcleo, las lluvias de 20 a 50 mm valieron oro para el cereal invernal en su fase de espiga embuchada. Los productores están mayormente atentos a las chinches y enfermedades y, a diferencia de la campaña pasada, invierten en la protección del cultivo. Toda indica que será una campaña interesante en rindes con apuestas también en proteína. Los lotes trigueros del sur de Buenos Aires, aún en etapas vegetativas, se recargan de nitrógeno en búsqueda de alcanzar los estándares más altos de calidad.
El maíz agradece las lluvias y no amaina su actividad
Las comentadas lluvias en la zona central del país permitieron retomar un buen ritmo de siembra del cultivo. En la principal región maicera argentina, los sembrados se encuentran en etapas vegetativas tempranas con muy buenas condiciones de crecimiento habiéndose completado alrededor de un 70% del total del área intencionada.
A la ilusión por lo que depararán los rindes para el año próximo se le suma la “novedad” de tener mercado abierto para el maíz todo el año, con unos muy interesantes niveles de actividad que en nuestro recinto se encuentran apenas por detrás de la soja.
Gran parte de esa demanda se explica desde el sector exportador. Mirando las estadísticas oficiales a la fecha, desde este núcleo ya han comprometido ventas al exterior por casi 20,5 millones de toneladas, un 42% más de lo que se contaba a la misma altura del año anterior.
Al contrario de lo que ocurre con el trigo, del total de ventas comprometidas apenas se lleva embarcado al cierre de septiembre un 77% del total, algo menos de 16 millones de toneladas, mientras que el sector ha originado 17 millones de toneladas de la campaña 2015/16. En otras palabras, sólo con los compromisos a la fecha a la exportación aún le resta comprar 3 millones de toneladas y embarcar 4,7 millones. Todo ello sin prejuicio que si bien se descuenta que el grueso de las DJVE ya se han presentado, aún restan cinco meses de campaña.
En este escenario, las negociaciones por maíz se mostraron muy activas en la semana con un amplio abanico de exportadores pagando $ 2.450/tonelada por el cereal disponible con descarga, con una interesante mejora respecto a días anteriores.
Por el maíz con entrega diferida a fines de año, noviembre y diciembre, alcanzó los u$s 162/tonelada que al tipo de cambio esperado representa unos $ 2.593 la tonelada. Para la nueva campaña, con descarga entre marzo y mayo, se pagaban alrededor de u$s 155/tonelada aunque según el lote podía llegar hasta los u$s 157/tonelada; cuando para la entrega entre junio y agosto se ofrecieron abiertamente u$s 140/tonelada.
Esta fortaleza del mercado local se ha subido a caballo también de una tibia recuperación de los precios del maíz en el mercado de Chicago, alentados por dos informes del USDA reportando stocks estadounidenses y avance de sus labores de cosecha por debajo de los que venía descontando el mercado.
Sin embargo, las condiciones climáticas estables en las principales zonas productivas americanas estimularon un fluido avance de la cosecha registrado esta semana y con rindes mejores a los estimados, recortando parte de dicha ganancia. Al respecto, la consultora Informa Economics elevó las cifras de producción estadounidenses a 386,47 millones de toneladas sobre la base de un rendimiento promedio de 10,95 t/ha. Frente a este panorama, los fondos especulativos continuaron profundizando sus apuestas bajistas en CBOT y ya llevan vendidas 10 millones de toneladas en los últimos tres meses.
Resulta interesante destacar que en el ajuste de inventarios reflejados en el informe trimestral del USDA jugó un importante rol el consumo forrajero de maíz, que le quitó terreno al trigo por su precio más competitivo para la alimentación animal y su mayor eficiencia en la conversión de carne para la producción de carne. Pese a esta baja, de cualquier modo, los inventarios de maíz de Estados Unidos siguen siendo históricamente grandes después de años de cosechas masivas. En este marco, el sostén que vienen demostrando los valores pagados por el cereal no es poca cosa.
Así las cosas, en un ciclo donde los commodities parecían desplomarse a la luz de cosechas récords en más de un país del top-5 mundial, las señales que emergen del lado de la demanda permiten no desanimarse. Si bien ello no quitará que nos encontramos muy lejos de la cima del ciclo de precios que se alcanzó en el año 2012, los cereales vienen resistiendo dignamente la estocada.