El presidente de CONINAGRO, Dr. Carlos Iannizzotto, destacó hoy la necesidad de eliminar las incertidumbres y mantener estables las variables macroeconómicas para alentar la producción, en especial para el desarrollo de los pequeños y medianos productores.
“Recién me comentaron que un dólar más alto es mejor para exportar, y es cierto. Pero si tenemos una tasa del 40% y más inflación, más impuestos, más tarifas, la situación es peor, sobre todo para la pequeña y mediana empresa, y eso repercute en un menor empleo, lo que es grave”, advirtió el titular de CONINAGRO.
Destacó que desde la entidad, que reúne a las principales cooperativas agrícolas del país “venimos teniendo muy buen diálogo con el Gobierno” en diversos temas, “pero lo que vemos es que hay una gran incertidumbre” a partir de los hechos financieros de los últimos días.
En las mesas de competitividad “en las que participamos, veníamos trabajando con una hipótesis de inflación, sobre una tasa de interés, que es muy alta, pero ahora esta situación inestable nos llena de interrogantes”, explicó Iannizzotto.
En ese marco, destacó el avance que viene teniendo el cooperativismo, con 800 entidades asociadas a CONINAGRO, ya que los pequeños y medianos productores encuentran en este tipo de organización una forma para producir en escala, defender sus precios, y eludir así el proceso de concentración que viene registrando el campo.
“En cualquier economía regional, hace diez años, una chacra era una unidad que le permitía mantenerse una familia tipo, pero ahora necesitamos tres veces más hectáreas para mantener una familia”, dijo.
En ese marco de extensiones de más grandes “es que el cooperativismo se presenta como una alternativa de producir a escala y brindarle al productor lo más importante, que es defender el precio de su producto”, dijo Iannizzotto.
El dirigente rural también presentó en Misiones el libro “El Campo y la política” una iniciativa que impulsa CONINAGRO para brindarle las economías regionales un mayor empuje desde el punto impositivo, financiero, o de la infraestructura, entre otros aspectos, destinado no solo a mejorar la producción, sino también a combatir el desarraigo y la marginalidad que el proceso de expulsión de mano de obra conlleva en el interior del país.